Mucha negación sobre el consumo de drogas y la misma frase: "Solo me tomo un porrito de vez en cuando". Es lo que se puede escuchar de los conductores obligados a parar en un control de drogas y el Periódico lo pudo comprobar ayer.

"El consumidor de hachís y marihuana no tiene la sensación de que sea una droga lo que consume, piensa que es algo normal", por eso, en la mayoría de los positivos, está presente esta sustancia. Sin embargo, una cosa es que el test de positivo y otra que el conductor coduzca bajo los efectos de las drogas. En el primer caso, se enfrentará a una sanción administrativa, en el segundo, a un delito penal.

Los test de drogas son caros, solo la prueba del laboratorio que confirma o no los positivos cuesta entre 90 y 100 euros, por eso la policía debe discriminar bien a quién para. Y se fija en varios parámetros: "En el tipo de coche; en el aspecto físico del conductor. Si el coche lleva un muñequito de un porro o una pegatina de una hoja de maría, lo habitual es que consuma".

Ayer, en los controles realizados en una zona de institutos, la mayoría de los conductores parados fueron jóvenes. Algunos confesaron fumarse "un porro" de vez en cuando; otro preguntó cuánto duraban los efectos para que los test detectaran la sustancia. Un joven pasó de decir que fumaba a veces, a ceñir el consumo después a los fines de semana y finalmente a cada noche. Dio positivo en mezcla de cocaína y cannabis.

Pero la policía avisa estas son pruebas "indiciarias, para buscar indicios del consumo". Será el laboratorio quien confirme el positivo y, en el caso de los positivos de la policía placentina, siempre lo ha hecho. "La policía se fija en todo, en los ojos del conductor, cómo lleva la ropa, cómo se expresa, todo es indicativo de si conduce o no bajo la influencia de drogas". La saliva mostrará si hay restos de consumo. Objetivos? Mejorar la seguridad vial y prevenir estas conductas.