CHARLA EN EL CENTRO UNIVERSITARIO DE LA UEX

Cerveza y placas solares, conectadas en Plasencia

La tesis de Guadalupe Arenas da pie a descubrir que ciertos tipos de cebada crecen en condiciones óptimas a la sombra de las fotovoltaicas y permiten obtener una cerveza de calidad

Francia ya se ha interesado por el estudio, publicado en una revista del grupo Nature

Guadalupe Arenas habla en el centro universitario de Plasencia de la conexión entre la cerveza y las fotovoltaicas.

Guadalupe Arenas habla en el centro universitario de Plasencia de la conexión entre la cerveza y las fotovoltaicas. / TONI GUDIEL

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Es un hecho que cada vez hay más plantas fotovoltaicas en Extremadura y en todo el país y que miles de placas solares cubren las dehesas. ¿Puede ese terreno que está bajo las placas ser productivo? La respuesta la ha dado María Guadalupe Arenas Corraliza, una joven de 30 años de Plasencia, que ha descubierto un cultivo que no solo crece, sino que mejora su calidad, la cebada.

Así lo plasmó el año pasado en su tesis doctoral, titulada: Respuesta de variedades de trigo (Triticum aestivum L.) y cebada (Hordeum vulgares L.) al cultivo bajo arbolado en sistemas agroforestales mediterráneos. Arenas la ha reconvertido en una charla incluida en un ciclo del centro universitario de Plasencia con un título que muestra la aplicación de su tesis: Cerveza y energía solar. La alianza contra el cambio climático.

Porque lo que nació como una investigación para observar el crecimiento de variedades de trigo y cebada bajo arbolado se transformó en el hallazgo de que su desarrollo podía aplicarse también bajo las placas de las plantas fotovoltaicas.

Francia pregunta a Plasencia

Su tesis, dirigida por los profesores Gerardo Moreno y Lourdes López, recibió el Premio Nacional Fin de Carrera y también logró el Premio Extraordinario de Doctorado de la UEx, pero además, se han interesado desde Francia por sus resultados y sus aplicaciones prácticas.

Aunque estudió el Grado de Ingeniería Forestal en el centro universitario placentino, Guadalupe es profesora de Tecnología en el IES Gabriel y Galán y desde el centro explica que, a raíz de la crisis alimentaria, que obliga a cultivar más alimentos y aprovechar más el territorio y el hecho de que «el árbol protege a los cultivos frente al cambio climático», el reto era buscar cultivos para cultivar bajo arbolado, en sistemas agroforestales y adaptados a esa sombra.

"Si cultivas bajo árbol tienes la producción asegurada y contribuyes a garantizar la seguridad alimentaria al estabilizar la producción"

Junto a sus directores de tesis y otros compañeros, optaron por el trigo y la cebada, «cultivos de pleno sol» y lo primero que hicieron fue un ensayo en sombra artificial y vieron que, «en nuestras condiciones de luminosidad, la sombra no solo no bajaba el rendimiento, sino que lo aumentaba y especialmente la cebada mostró una adaptación de su sistema fotosintético a la sombra, mucho mayor que el trigo». 

Como fueron los primeros que lo plasmaron, el descubrimiento se publicó en la revista Scientific Reports, del grupo Nature. «Fue un pelotazo», recuerda.

De la dehesa extremeña a la jarra

Los ensayos se hicieron en el Centro de Agricultura Ecológica y de Montaña (CAEM), bajo sombra, pero sin arbolado y, después, las variedades que mejor se comportaron las llevaron a dehesas de Extremadura y también bajo nogal. 

Allí el resultado fue que, en los años muy malos para el cereal en campo abierto, «el arbolado aumentaba la producción hasta unos niveles decentes, pero los años muy buenos, la bajaba un poquito». Al final, «sea año bueno o malo, si cultivas bajo árbol tienes la producción asegurada y contribuyes a garantizar la seguridad alimentaria al estabilizar la producción», explica.

Otro resultado positivo fue que «la cebada ha demostrado estar adaptada a la sombra» y, además, «mejora la calidad del grano de cebada para producir cerveza, tiene menos proteína»

Afirma orgullosa que «en España hemos sido los primeros» y sobre todo que su descubrimiento puede contribuir a retrasar el cambio climático al usar las placas solares para el cultivo directo.