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Fe y tradición se dan cita esta noche entre los valverdanos

Respeto y silencio es lo único necesario para contemplar los empalaos

Fe y tradición se dan cita esta noche entre los valverdanos

Un año entero preparándose para este momento. A partir de las doce de la noche, durante toda la madrugada del Jueves al Viernes Santos y hasta el amanecer, los Empalaos recorren los cuatro puntos cardinales de Valverde, realizando el Vía Crucis, hasta recorrer las catorce estaciones y visita obligada a la Ermita del Santísimo Cristo del Humilladero, cuya imagen se encuentra ya en la Iglesia de Nuestra Señora de Fuentes Claras.

Los nervios se agudizan en el entorno familiar del penitente, afortunado de ayudarle a prepararse, tarea que dura aproximadamente media hora y en el propio Empalao, cuya identidad es desconocida por el público, así como su ‘manda’, motivo por el que deciden convertirse esta noche en Displicentes.

A partir de esa hora, tanto Empalaos como Nazarenas, saldrán de sus casas ya preparados. Ellos, descalzos, pisan el empedrado frío suelo de las calles, cuyo silencio sólo rompe el agua que las atraviesa o el baile de las vilortas en su caminar, señal de alerta de su presencia cuando aún no existía iluminación viaria. Cubierto de cintura para abajo por una enagua blanca como símbolo de pureza, para arriba, su torso desnudo envuelto en más de veinte vueltas de soga de esparto, la misma que sujeta sus brazos al timón de arado. Sobre ellos, tres anillas enlazadas penden atadas a cada brazo y sostienen una toga símbolo del crucificado. Termina el conjunto su cabeza cubierta con un velo blanco que cubre su rostro y protege su identidad y una corona de espinas de la que sobresalen dos espadas cruzadas. Su fiel Cirineo, llamado antiguamente Hermano de Luz, lo acompaña para socorrerlo en caso necesario.

Las Nazarenas, también descalzas, portan velo negro sujeto por corona de espinas y una cruz de madera en señal de penitencia.

Con una historia que se remonta a 1522, aunque puede ser anterior, no exenta de incidentes, concesiones y prohibiciones por parte de la Iglesia y el Estado en 1777, continúa su celebración de forma clandestina hasta 1963, año en que se refunda la Cofradía con el nombre de ‘Cofradía de la Pasión de Jesucristo y Hermanos Empalaos’. Respeto y silencio es lo único necesario para contemplar este rito.

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