La rotura del oleoducto de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) a su paso por Aranjuez (Madrid) ha provocado el vertido de entre 30.000 y 40.000 litros de gasóleo C sin afectar al ecosistema del Jarama y,aunque se desconocen las causas del suceso, la compañía ha descartado un posible sabotaje.

La rotura del oleoducto Rota-Zaragoza de CLH se produjo en una tubería de 76 centímetros de diámetro (30 pulgadas) sobre las 14.50 horas, en el paraje conocido como Soto de las Cuevas, a unos dos kilómetros del río Jarama, a causa de una corrosión de la tubería o por una sobrepresión, según la empresa.

El director general de Calidad y Evaluación Ambiental de la Comunidad, Ignacio López-Galiacho, aseguró que el río no resultó contaminado y explicó que bomberos de la Comunidad y técnicos de Medio Ambiente iniciaron inmediatamente los trabajos de limpieza de la zona.

PELIGRO MEDIOAMBIENTAL

Sin embargo, el portavoz en materia de aguas de Ecologistas en Acción, Santiago Martín-Barajas, declaró que las consecuencias medioambientales de la fuga de gasóleo serán "muy graves".

En su opinión, la presencia en la zona de "acuíferos pequeños, muy fáciles de contaminar", pueden provocar que los restos del gasóleo "no desaparezcan y sean letales para el medio ambiente" y, además, el suelo de la zona afectada "actuará como impermeable", al ser "yeserífero", por lo que el vertido podría permanecer en el subsuelo y contaminar así las "fuentes naturales" que se producen tras la lluvia.

El gasóleo derramado, que en ese tramo soportaba una presión de 20 kilogramos, formó un corro que alcanzó unos cuatro metros de altura y desparramó el fuel en un radio de 50 metros, que fue retenido en balsas que se construyeron para formar charcos que facilitase su absorción con motobombas.