Síguenos en redes sociales:

EL VANDALO DE LAS CANASTAS

TEtn Cáceres, a un muchacho se le ha caído una canasta de baloncesto encima, le ha roto el brazo y encima, los mayores del barrio y del ayuntamiento le han llamado vándalo. En Cáceres, si se te cae una canasta, además de hacerte daño, te insultan. Pero claro, el herido era un joven con melena y ya se sabe, en estas ciudades pequeñas, los jóvenes con melena siguen siendo sospechosos. Hagan lo que hagan, pase lo que pase, el peludo y el barbudo siempre tienen la culpa y si no la tienen, se les echa por si acaso. Generación tras generación, una máxima preside el frontispicio de la madurez: "¿A dónde vamos a ir a parar con esta juventud?". Ese es el axioma de nuestros abuelos, y de los abuelos de nuestros abuelos, y nuestro, y de nuestros hijos cuando crezcan y se olviden, como nosotros, de que también un día fueron jóvenes y se les caían encima las canastas y la vida.

No sé si el chaval cacereño se recolgaba de las canastas y tampoco sé si el ayuntamiento vigilaba el buen estado de las instalaciones deportivas, pero sí sé que a un muchacho con el brazo en cabestrillo no se le puede insultar para curarse en salud, o para defender al concejal, o para culpar al herido de su herida y sacudirse así la culpa. En Cáceres hay que andarse con mucho cuidado porque si te pasa algo, en cuanto sales del hospital y lo denuncias, van a por ti. A uno que le cayó encima un cohete, lo acusaron de socialista, a la víctima del canastazo le han llamado vándalo. En cualquier ciudad, los accidentes son desagradables. En Cáceres, lo peor no es el accidente, sino sus secuelas.

Pulsa para ver más contenido para ti