TEtl pasado fin de semana estuve en Castelo Branco y me gustó. Pernocté en un hotel que les recomiendo. Es el Trip Colina do Castelo, de la cadena Meliá. Conseguí por internet una habitación doble con desayuno por 58 euros. Amplias habitaciones, estupendas vistas, rico desayuno y un divertido spa con baño turco, sauna, jacuzzi y buena piscina climatizada que se podía disfrutar sin pagar ningún suplemento. La comida en el self service del hotel era variada y divertida, pero vulgar (15 euros). Para compensar, hay un restaurante en la plaza principal (Campo da Patria) llamado Kalifa donde te puedes hartar de exquisitas almejas preparadas de diversas formas (30 euros el kilo). El restaurante tiene una fachada con neones que es hortera hasta decir basta, pero sus salones son amplios, su terraza, agradable y su cocina, contundente, regional y con buena materia prima.

Castelo Branco me pareció una ciudad barata donde podías tomar una cerveza de un tercio en una terraza céntrica por menos de un euro. Los platos de carne, pescado o bacalao en los restaurantes no sobrepasaban los 10 euros. La ciudad ya está unida por autovía con el norte y con el sur (no como otras), casi ha doblado su población en los últimos 20 años y ha invertido ayudas europeas en remodelar su plaza principal: la circulación pasa por dos túneles, han construido un aparcamiento en el subsuelo y han instalado moderno mobiliario urbano en la superficie. Por cierto, aunque parece ser que desde Cáceres se han enviado puntinos de colores, no vimos ninguno colgado.