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A LA ÚLTIMA: entrevista coon jesús contreras, antropólogo

"El interés de China y EEUU encarecerá el jamón ibérico"

Este catedrático de Antropología Social empezó a interesarse por el consumo y ha acabado siendo uno de los grandes expertos españoles en alimentación humana.

¿Algún otro pueblo en el planeta monta comilonas como los españoles en Navidad?

Los tsembaga de Nueva Guinea, por ejemplo. Crían gran cantidad de cerdos y cuando las piaras amenazan los cultivos, organizan un ‡2kaiko‡1, una bacanal porcina. Eso se repite cada 15 o 20 años, que es lo que tarda el bosque en regenerarse y ser apto para la horticultura.Aquí la bacanal es cada año. ¿Por qué asociamos Navidad a comida?

Las celebraciones son una forma de ordenar el tiempo y, a su vez, la sociedad...Nadie que camine por el centro de la ciudad lo diría...

Y todas las celebraciones tienen una relación con un mayor consumo de comida. Pero ¿qué pasa en Navidad Pues que es un ciclo largo, que empieza la noche del 24 y acaba el día de Reyes, en el que coexisten tres celebraciones: el solsticio de invierno, el nacimiento de Cristo y la convención establecida del cambio de año el 31 de diciembre.De exceso a exceso.

Además se multiplican... Antes celebrábamos una comida de Navidad, ahora hacemos dos, tres y hasta cuatro. Una con los compañeros de trabajo; otra, con los del equipo de fútbol; una tercera, con los del curso de macramé... Todo es exceso. ¿Sabe cuánto cava se irá por el desagüe? No señor.

¡Hectolitros! A las 12 del 31 se abre una botella para brindar y adiós... No siempre fue así. Hasta los años 60 y 70, las familias solo compraban los turrones, las bebidas y, en algún caso, la carne. Lo demás se hacía en casa. Ahora hasta se va al restaurante.Estamos por otras cosas.

A lo largo de la historia, la fiesta consistía en un aumento de lo graso y lo dulce. Pero lo graso se empezó a abaratar en los años 50, con la intensificación de las explotaciones ganaderas. Un redondo de ternera o un fricandó ya no nos parecen festivos. Aunque, curiosamente, hay platos populares, muy de pobre, como las lentejas, que ahora son de fiesta, porque pasaron de ser viudas a ser polígamas, con chorizos o butifarras de extraordinaria calidad...¿La fiesta reside en lo auténtico más que en lo escaso?

No. Lo escaso sigue haciendo fiesta. Las ostras, el caviar y el foie son alimentos de lujo. Pero, en términos generales, no se los dé a las clases populares, porque le dirán que, por el precio que cuestan, prefieren un pavo o un cochinillo bien asados.¿El bolsillo crea el gusto?br>Las clases populares no desarrollan un gusto que les suponga frustración. Hacen de la necesidad, virtud, como diría el refrán.¿No hay un alimento transversal?

¡El jamón ibérico! En una cata a ciegas, todos acertarían. Lástima que el interés de China y de EEUU por el producto lo va a encarecer pronto.

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