Un grupo de investigadores ha enviado cartas de queja al Gobierno español y a la Unión Europea para denunciar nuevas barreras a la entrada de doctorandos extranjeros en España. Solo estudiantes residentes en España --es decir, con número identificativo de extranjeros (NIE) o inscripción en el registro de ciudadanos de la Unión Europea-- tendrán acceso este año a uno de los mayores programas de becas doctorales, el FPU (Formación del Profesorado Universitario), promovido por el Ministerio de Educación. Los candidatos deben tener esta documentación desde antes de la publicación de la convocatoria. Además, se fija un máximo de 50 estudiantes no comunitarios, sobre un total de 950 beneficiarios.

El Ministerio de Educación niega la mayor. "Las nuevas reglas son menos restrictivas que las anteriores", dice Juan José Moreno, director general de Política Universitaria. "Alcanzar los 50 no comunitarios sería una mejora: en las convocatorias anteriores hubo menos", añade. "En todo caso, estas convocatorias no están pensadas para atraer talento extranjero, sino para financiar a los mejores entre los que han escogido los programas de doctorado españoles".

"Estas reglas pueden ser legales, pero, ¿son buenas para la ciencia?", replica Pere Colet, investigador del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos, en Palma de Mallorca. Colet está entre los promotores de la queja por haber perdido la oportunidad de fichar a un doctorando francés. En el pasado, la convocatoria pedía que el estudiante estuviera admitido en un programa de doctorado. El Ministerio asegura que para esto el candidato necesitaba disponer del NIE. Sin embargo, los investigadores lo niegan. "La universidad se limitaba a acreditar que los estudios del candidato eran suficientes para acceder a un doctorado", afirma Giancarlo Franzese, coordinador de una línea de doctorado en Física de la Universidad de Barcelona.