"He leído tu e-mail. ... A falta de palabras, solo puedo estar abrumado entre lágrimas. Para una persona que vive en Tokio y disfruta de electricidad, no hay tiempo para llorar. La gente de Tokio se debate entre el apagón planificado y el acopio de víveres, actuando por su cuenta y luego preocupada por la propagación de materiales radiactivos. Solo puedo pensar que esta situación es extraña. Siento rabia y frustración por todo el país que apunta hacia Tepco. ... Pero aquí todo el mundo respeta y reza por aquellos que están luchando en primera línea. Te pido que resistas. ... Cuando llegue el momento, nos encargaremos de protegeros a todos"