La separación entre Estado y religión es uno de los principales pilares de la República francesa, el país de la UE con más musulmanes (5 cinco millones). Desde 2004 está prohibido en las escuelas públicas el uso del pañuelo islámico, el crucifijo u otro símbolo religioso. La prohibición no abarca a las universidades. Desde 2011 se prohibe el uso del burka o el niqab en espacios públicos.