Victorino Martín, uno de los ganaderos más prestigiosos, y presidente de la Fundación del Toro de Lidia, habla desde la finca Las Tiesas de Santa María de Moraleja, donde pastan sus reses. Comenta las dificultades a las que se están enfrentando los criadores, y espera medidas por parte del ministro de Cultura que mitiguen las graves consecuencias de la crisis para todos los estamentos profesionales taurinos.

«El año pasado hubo muchos ganaderos que tuvieron que matar por desgracia los animales en el matadero». Martín cuenta que su camada para el año pasado fue de 100 toros, y como no lidió lo que se esperaba «hubo una parte de esos animales que se perdió, teniendo que reducir los gastos de explotación (la plantilla de la empresa la forman 18 personas) y pedí financiación externa; a los toros que tenían cinco años y no se pudieron torear hubo que buscarles otra salida... En una de ellas, y, en función del peso, el precio medio de un toro bravo para el matadero es de 700 euros».

Victorino Martín se muestra aliviado de que, al menos en Madrid y otras comunidades con límite de aforos, «por fin nos traten como una de las industrias culturales más potentes del país». El ganadero igualmente destaca que «en el año 2019 los toros aportaron 500 millones de euros a las arcas del Estado».

«En Madrid por fin nos tratan como una de las industrias culturales más potentes de nuestro país»

Martín añade que «hay eventos que con el 50 por ciento de aforo son inviables». Recuerda que se ha lidiado muy poco en Extremadura en el 2020 y en todo el país en general. Además incide en la importancia del festejo popular, y lo define como «un arte muy importante del mundo del toro que afecta directamente a las zonas rurales. Y más en Extremadura que es muy taurina, pues imaginen lo que se ha dejado de generar en los pueblos».

Insiste en que las fiestas patronales no se entienden sin un espectáculo taurino, «vacas, toros, encierros... fijan población. Tenemos esperanzas de que se puedan dar de cara a los meses de verano. El ritmo de vacunación va muy acelerado y tenemos esperanzas».

Mientras, vivir una experiencia entre Victorinos es posible en su dehesa. Se trata de una visita guiada entre toros, cata de vino maridada con queso de alta gama, embutidos extremeños y una estupenda comida a base de esos platos tan auténticos que se han hecho toda la vida en el campo. Una alternativa más que, sin duda, abre puertas