Determinantes sociales

La pobreza, el género o el entorno familiar disparan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2

En España, la obesidad, íntimamente ligada al desarrollo de la enfermedad, se duplica en los hogares con menos ingresos (23,7%) en comparación con los que tienen más (10,5%)

Vivir en un país de renta baja -lo que la Organización Mundial de la Salud llama "determinantes sociales de la salud"- marca la diferencia si se habla de diabetes

Prueba de control de la diabetes.

Prueba de control de la diabetes. / Junta de Andalucía

Nieves Salinas

El nivel de ingresos, el entorno familiar o el género impacta de lleno en la aparición de la diabetes tipo 2. Una enfermedad que vive una explosión de casos a nivel mundial. Lo recuerda la Federación Española de Diabetes (FEDE): vivir en un país de renta baja -lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llama "determinantes sociales de la salud"- es definitivo para desarrollar la dolencia. En España, la obesidad, íntimamente ligada a la enfermedad, se duplica en los hogares con menos ingresos (23,7%) en comparación con los que tienen más (10,5%). Y si se habla de género: a pesar de que la diabetes tipo 2 es más común en hombres, afecta a un 9,20% de las mujeres con empleos no cualificados, frente al 8,56% de los varones.

De las más de 20 millones de muertes que se produjeron en 2021 a causa de enfermedades cardiovasculares, cuatro de cada cinco, se dieron en países de ingresos bajos y medios, donde estas patologías son la principal causa de muerte en adultos, según el último Informe Mundial del Corazón de la Federación Mundial del Corazón. Las elevadas cifras transcurren en paralelo a las de enfermedades metabólicas como la diabetes y la hipertensión, dos factores de riesgo clave para las complicaciones cardiovasculares y que se encuentran entre las tres principales causas de muerte y discapacidad a nivel mundial.

FEDE rescata los resultados de una reciente investigación, según la cual los países con menos ingresos no se encuentran preparados para hacer frente al aumento de estas patologías. Para hacer este estudio, investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) analizaron datos de encuestas de salud de la OMS en ocho países de rentas bajas y medias, concluyendo que la mayoría de sus instalaciones no están preparadas para brindar servicios para tratar o controlar los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, como, precisamente, la diabetes y la hipertensión.

Decisiones de salud

Estas desigualdades, remarca FEDE, ponen de manifiesto cómo el contexto social, económico y geográfico dibuja el mapa del riesgo de aparición y desarrollo de patologías crónicas como la diabetes tipo 2. Por eso la entidad ha lanzado este 2023 que ahora acaba la campaña 'Más que Diabetes', con la que pretende, junto con la compañía, MSD, dar visibilidad a estos aspectos y reivindicar que se tengan en cuenta en la investigación clínica y en la toma de decisiones en salud.

Porque, si se habla de Europa, y de España, los datos invitan al pesimismo. Con los más recientes de la Federación Internacional de Diabetes (FID, por sus siglas en inglés), se calcula que hay casi seis millones de personas con la enfermedad en nuestro país, lo que supone que la prevalencia se ha incrementado más de un 40% desde el 2019 y alcanza al 14,8% de la población, la segunda tasa más alta de Europa, donde la media es de 9,2%.

Los factores determinantes

Globalmente, el 90% de las personas con diabetes presentan un tipo 2. "Es una patología crónica que está estrechamente relacionada con hábitos de vida. Pequeñas costumbres diarias como la forma de alimentarnos, el hacer ejercicio físico regular o el consumo de tabaco, influyen en las probabilidades de desarrollarla y en su manejo posterior", señala a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, Juan Francisco Perán, presidente de FEDE.

Entre las causas principales de la aparición de más casos, están el envejecimiento de la población, la disminución de los niveles de actividad física y el aumento de los niveles de sobrepeso y obesidad. En España, el sobrepeso afecta a 4 de cada 10 niños.

A peor alimentación, más obesidad; a más sobrepeso, mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2

E, importantísimo, incide esta federación de pacientes, ese alto porcentaje está directamente relacionado con los ingresos bajos, como ya se viene señalando desde hace años. A peor alimentación, más obesidad. A más sobrepeso, mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. El nuestro es uno de los países de la Unión Europea en los que la tasa de riesgo de pobreza infantil y la de obesidad presentan una correlación más alta.

El género

FEDE apunta a otro aspecto fundamental. Más de 200 millones de mujeres viven actualmente con diabetes en todo el mundo, una cifra que se prevé que aumente hasta 313 millones en 2040. De hecho, es la novena causa de muerte entre mujeres en el mundo. Varios estudios apuntan a que la enfermedad les afecta de manera diferente que a los hombres. En ellas, provoca una mayor incidencia de complicaciones cardiovasculares. También una menor valoración del riesgo por parte de los sanitarios, lo que repercute en un diagnóstico más tardío. Las causas de estas diferencias son diversas y varían en función del lugar geográfico y del contexto de cada paciente.

En España, la enfermedad es más común en los hombres: según datos de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, en 2021, 1.776.241 hombres con diabetes no insulinodependientes fueron atendidos en Atención Primaria, frente a 1.518.449 mujeres. Como dato llamativo se identifica que en las personas con una posición social más baja, identificada en base al tipo de empleo -en este caso, personas que desempeñan trabajos no cualificados-, el porcentaje de mujeres con diabetes aumenta.

La precariedad

Esta diferencia por género pone de manifiesto cómo una situación de precariedad puede afectar de forma negativa a las mujeres en mayor medida que a los hombres. Subraya FEDE que las causas de esta variabilidad no están claras y son múltiples: algunos expertos apuntan a una mayor vulnerabilidad frente a circunstancias económicas desfavorables derivada de su papel como cuidadoras; otros, a una mayor propensión genética a sufrir alteraciones cardiovasculares, cuyas probabilidades se incrementan a raíz de estilos de vida poco saludables.

"La situación económica, el nivel de estudios, tener instalaciones deportivas cerca... todo eso influye directamente en nuestra salud; por eso, reivindicamos que se tengan en cuenta estos determinantes a nivel de conciencia social, así como en la atención sanitaria al paciente", concluye el presidente de FEDE.