Las lluvias torrenciales de la provincia de Málaga no han tenido ninguna consecuencia en el pantano de la Viñuela. No hay suficiente agua y Greenpeace alerta. En los últimos 20 años, además, han aumentado notablemente las hectáreas de regadío en más de medio millón, plantaciones que demandan un agua cada vez más escasa. La lluvia es la única esperanza de los agricultores de Lérida. Sus árboles frutales se debían de regar con el canal de Urgell, cerrado por la sequía. Las últimas lluvias han posibilitado un riego extra de supervivencia para unos árboles que empiezan a amarillear. Además, casi la mitad de las aguas subterráneas tampoco son alternativa porque están contaminadas.