Técnicos de la empresa Construcciones Aeronáuticas (CASA) se hicieron cargo de los resto del avión de combate ´Eurofighter´, que se estrelló el día 21 de noviembre en la cara norte de la Sierra de Altamira (Alía).

Los dos pilotos saltaron en paracaídas desde el avión de combate, un prototipo que volaba a 15.000 metros de altura. Los militares usaron el sistema de eyección de la cabina después de intentar encender, sin éxito, los motores.