A Agata Blanco, de Villanueva de la Vera, lo que más le ha impactado de su cooperación en Bolivia es la pobreza que ha contemplado, así indica que sobre todo en la zona norte hay índices muy altos de desnutrición y que apenas hay empleo, sobreviviendo muchas personas con menos de un dolar al día, siendo el índice de mortalidad muy elevado.

En este panorama desolador, las mujeres, comenta, son las que viven peores condiciones "son más pobres que los hombres y la cultura patriarcal las hace estar suboordinadas a sus parejas".

Blanco trabaja como agente de igualdad en la oficina de igualdad de la comarca de la Vera, su cometido aquí es el de impulsar el desarrollo económico y productivo de las mujeres rurales de la zona. En Bolivia, con muchas diferencias con Extremadura, ha trasladado su experiencia y ha trabajado con técnicos de allí en temas de violencia de género y desarrollo económico de las mujeres "hay grandes profesionales que tienen que hacer su trabajo con muy pocos recursos". Allí estos trabajadores intentan poner en marcha un proyecto que cambie esta realidad de violencia y suboordinación y la casi inexistencia al acceso de empleo por parte de este colectivo.

Para esta voluntaria la experiencia de las tres semanas en el país andino ha sido "más positiva para mí que para ellos porque tú no vas a enseñar sino a aprender y contar cómo haces tu trabajo y adaptarlo a su realidad". Además para Blanco Bolivia es un país "apasionante", que con el nuevo estado constitucional se abre para él grandes posibilidades.