Los que sufren la enfermedad celíaca no cuentan con un tratamiento ni con medicinas que palien sus efectos. Esta patología les empuja a llevar una dieta sin gluten, controlada y muy estricta, para el resto de sus vidas. Así lo explica la presidenta de la Asociación de Celiacos de Extremadura, Angélica Trejo, quien asistió el pasado martes a la inauguración de la sede oficial de la agrupación en el edificio Valhondo de la capital cacereña, "un deseo hecho realidad con el que a partir de ahora los socios y nuevos diagnosticados contarán con un lugar permanente al que acudir en la provincia".

Esta dieta especial sin gluten, ya que su cuerpo es intolerante a la sustancia y les provoca un déficit en la absorción de nutrientes que conlleva otras enfermedades adyacentes, les obliga a consumir productos especiales, que no han sido manufacturados y que no contienen más de 10 partes por millón de gluten. Pero aquí es donde nace uno de los principales problemas a los que se enfrentan los celiacos, el precio de estos productos. A día de hoy, la mayoría de comercios y supermercados cuentan con estanterías dedicadas exclusivamente a estos productos bajo la etiqueta 'gluten free' (libre de gluten). En sus baldas se observan distintos tipos de alimentos que tradicionalmente llevan gluten, pero al comparar el coste de los mismos se observa una evidente diferencia de precio.

Mientras 5 pequeñas baguettes de pan normal tienen un precio de un euro en un supermercado convencional, en ese mismo se encuentran 2 baguettes del mismo tamaño pero sin gluten por un valor de 2,05 euros. Así mismo, el rebozado 'gluten free' cuesta 4,99 euros, frente a los 1,25 euros del tradicional rebozado de pan rallado (sin ser marca blanca), las magdalenas pasan de un precio de 1,03 euros por 16 unidades a 3,15 euros 4 piezas y productos tan básicos como la pasta o harina casi triplican el coste en el caso de las destinadas a celiacos.

Todo ello conlleva a un aumento considerable en el valor de su cesta de la compra. Según especifica la presidenta de la Asociación, los estudios determinan que de manera mensual un celiaco puede gastar unos 150 euros más. Los motivos, detalla, son varios; el precio de la materia prima, ya que no utilizan trigo, es superior bien sea el maíz, arroz, quinoa o garbanzo; la harina debe molerse en sitios específicos para evitar la contaminación; la elaboración y control de los fabricantes de productos sin gluten es mucho más exhaustiva, lo que también encarece el proceso; el número de demandantes es menor; y el empaquetado es más hermético. "Por eso es bastante más caro comprar para nosotros y uno de nuestros principales problemas", apunta la delegada de la asociación en Cáceres y madre de un niño celiaco, Sayaka Fernández.

DIAGNOSTICO PRECOZ Sin embargo, el primer y más importante de los problemas para los celiacos es su detección. Sólo en la provincia la asociación cuenta con 700 socios, 1.500 a nivel regional. Con estos datos, Trejo calcula que puede haber más de 5.000 afectados en Extremadura, una cifra muy alta teniendo en cuenta que, apunta, se cree que el 90% de las personas que sufren esta enfermedad aún no han sido diagnosticados.

En su caso, Angélica fue diagnosticada hace 25 años. En aquella época era una enfermedad bastante desconocida, "mi médico de cabecera ni se lo creía", resalta. Encontrar productos sin gluten era una tarea muy complicada, "prácticamente todo lo tenía que cocinar yo", pero lo peor son las consecuencias que sufre por no haber sido diagnosticada con anterioridad. "Los síntomas son muy variables y muchas veces es difícil que el médico de cabecera los asocie a esta enfermedad".

En los niños suelen ser vómitos, diarreas crónicas, anemia, un percentil de crecimiento más bajo de lo normal o irritabilidad. En el de las personas mayores, los síntomas pueden confundirse con otras dolencias, ya que la enfermedad puede haber provocado otras patologías a lo largo de los años. "A veces son problemas digestivos, anemias que se confunden con problemas de menstruación, dificultad para el embarazo, abortos, dolores óseos, depresiones e incluso problemas neuronales. De hecho los celiacos terminamos muchas veces en otros especialistas sin saber porqué", explica la presidenta.

Por ello, desde la asociación hace un llamamiento a los profesionales. "Si un paciente va de forma repetitiva y no sabe lo que tienen, pero sigue yendo y está mal, hay que estar alerta y hacerle los marcadores de la enfermedad celíaca". "El diagnóstico es clave para evitar otras enfermedades. Nuestro problema es una intolerancia que daña el intestino delgado y hace que las vellosidades se atrofien. Por ello dejamos de absorber bien los nutrientes necesarios para nuestra vida y empezamos a tener carencias que derivan en otros problemas", apunta.

Sin embargo, señala que Extremadura es una comunidad muy avanzada y concienciada con la enfermedad. Dentro de los diferentes aspecto, destaca la buena acogida por parte de los restaurantes al proyecto que lleva a cabo la asociación enseñándoles cómo cocinar para clientes celiacos. Es más, según revelan los datos arrojados por la aplicación móvil Celicidad, Cáceres es la segunda provincia de España con mayor número de restaurantes sin gluten. En total, la capital cacereña dispone de 45 restaurantes registrados que cumplen ésta característica.

Así mismo, la asociación de Celiacos trabaja muy activamente con sus socios programando distintos eventos a lo largo del año. A partir de ahora, además, Cáceres cuenta con una sede donde atenderán de 8.00 a 15.00 horas, los lunes y viernes, a todo aquel que necesite información. "Les enseñamos cómo deben comer. Su vida va a cambiar, pero van a estar bien y lo van a afrontar", resalta Angélica Trejo.