‘Arturo’ es, por encima de todas las cosas, teatro para desarmar la homofobia. Qué maravilla lo que un día escribió Joserra Rodríguez y que luego puso en su piel y en la de Juanjo Calamonte, que da vida a este Arturo tan sanante, soñador, vivo, al que todo cuanto le rodea le asombra. Qué belleza encierra Arturo que, en realidad, se parece mucho a estos dos actores porque es un defensor del medio ambiente, la amistad y hasta de sembrar bellotas en los campos de Extremadura.

A Joserra y Juanjo, miembros de la compañía Createatro, les han dado hace muy poco el premio Fancine Gay. Merecido galardón. No tiene uno más que echar un vistazo a este libreto de ‘Aturo’, todo un alegato en favor de los nuevos modelos de familia.

Hablan Arturo y su amigo de un compañero de clase que tiene dos madres. Qué milagro ver cómo Arturo lo convence de que sí, de que es posible tener dos mamis si el amor es lo que mueve el mundo, si lo importante es que te quieran, si lo fundamental es tu corazón, no lo que tengas entre las piernas.

Y qué hermosura es poder contarle todo esto a los niños a través del teatro. Porque ‘Arturo’ es una obra para el público infantil que lucha contra la homofobia imperante en la sociedad y defende los derechos de todo un colectivo.

Está muy bien que la Escuela Maltravieso Border Scene (calle Parras, 23), dirigida por el siempre grande Isidro Timón, traiga este montaje a Cáceres el próximo 3 de diciembre (12.30 horas). Es una oportunidad para que los padres acudan con sus hijos. Se darán cuenta a través de sus diálogos de la envergadura de los amigos, de la necesidad de respetar la naturaleza, del poder de la música (qué pasada escuchar ‘Dragones y mazmorras’) y de la magia de que te quieran más allá del genital.