El festival multiétnico. Diario de un womero

Los otros músicos del Womad

Álex y Tijn, de Perú y Países Bajos, junto a sus guitarras en la plaza Mayor.

Álex y Tijn, de Perú y Países Bajos, junto a sus guitarras en la plaza Mayor. / Jorge Valiente

«De algo que me pasa escribo un texto, lo resumo en una frase y con eso pinto el cuadro». Así explica su labor diaria José o ‘el hombre invierno’, como le conocen sus allegados, un jienense que reside en Granada, donde posee dos tiendas en las que muestra al mundo su arte. El mismo que expone durante estos días en el paseo de Cánovas. «Lo bonito de este festival es reencontrarte con amigos a los que no ves habitualmente», según afirma mientras dos niños se acercan a contemplar su obra, todavía por terminar. «Qué suerte tienes, mi sueño de mayor es pintar como lo haces tú», comenta impresionado y con voz alegre uno de los pequeños que lo observan. 

José, mientras termina una de sus obras.

José, mientras termina una de sus obras. / Jorge Valiente

En la plaza Mayor, que es el epicentro del festival, Álex, de Perú, y Tijn, de Países Bajos, conversan mientras descansan tras su reciente viaje desde tierras portuguesas. «Venimos a tocar pero también queremos aprovechar para disfrutar del festival». Ambos relatan como llevan años recorriendo España y Portugal juntos, algo que sorprende debido a las evidentes dificultades con el idioma de Tijn, quien señala el lugar de la calle Pintores donde acaba de terminar su función de folk, que es el género que le permitió «vivir de esta pasión».

Juan y Horacio, preparándose para tocar una de sus canciones.

Juan y Horacio, preparándose para tocar una de sus canciones. / Jorge Valiente

Precisamente de Portugal procede Bruno, ‘El artístico’, el apodo con el que se conoce a este artista callejero que asombra a los visitantes mediante la representación de diferentes personajes en la vía pública. «Lo que hago se conoce como estatua viviente». asegura. Llegado de un festival cercano a Cáceres, cuenta cómo recorre Europa asombrando a propios y extraños con su particular representación. Quiere quedarse toda la semana en la ciudad.

Bruno, 'El artístico', en la vía pública.

Bruno, 'El artístico', en la vía pública. / Jorge Valiente

La música, y más concretamente la guitarra, forjó la amistad entre Juan y Horacio. Pese a que los dos nacieron en Mérida, el destino les quiso unir en una de sus visitas a Cáceres, en las que cada uno se buscaba la vida de forma independiente a través de la música. «Ahora, juntos, fusionamos el flamenco con la música de los 80». El afecto mutuo les ha llevado a recorrer el país deleitando a los turistas con sus canciones. «Hace dos años liamos una buena aquí en Cáceres», cuentan con satisfacción mientras relatan cómo llegaron a reunir a más de cien personas en torno a su actuación en la plaza de Santa María. 

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