Dilucidar si Emeterio Corchado, inspector-jefe de la policía local, en la actualidad en situación de baja, cometió o no las coacciones de las que le acusan motoristas del Cuerpo, es el fin del juicio de faltas iniciado ayer en el Juzgado de Instrucción número 6 de la ciudad. Resolver, en definitiva, si es culpable de las cinco faltas de coacciones que se le imputan y por las que el abogado de la acusación, el letrado de los cinco agentes que le denuncian, pide que se le impongan cinco multas de 15 días a razón de 10 euros diarios, en total 750 euros de multa.

Se deriva este juicio de la denuncia que seis --finalmente son cinco-- de los doce agentes que integran la Unidad de Motoristas de la Policía Local interpusieron a mediados del mes de febrero del año pasado, tras dos meses, aseguraban, "soportando coacciones y vejaciones" por haberse negado a patrullar con motos en situación irregular.

Ayer, en el juicio, Emeterio Corchado negó haber amenazado a los agentes con abrirles expediente si no utilizaban las motos, indicando que lo único que hizo fue informar a los órganos competentes de la situación, de que los 12 motoristas "se negaban a patrullar con las motos cuando realmente no había ningún motivo objetivo que obligara a no poder utilizarlas", señaló.

Sí reconoció, no obstante, que dio orden al jefe accidental --el que le sustituyó las dos semanas que él estaría de vacaciones en plena polémica-- para que los motoristas hicieran sus servicios a pie. Según justificó ayer en el juicio, "ordené que patrullaran andando porque como se negaban a hacerlo en moto y estábamos en época de navidades, en que suelen hacerse patrullas a pie por diferentes zonas céntricas, era procedente y oportuno, además de lícito".

Y sobre el hecho de que en más de una ocasión llegó incluso a obligar a algunos que se habían desplazado en coche hasta el lugar donde habrían de prestar el servicio a pie a devolver el vehículo a la Jefatura y después volver andando al lugar en el que se encontraban, de lo que también se le acusó, señaló que fue algo "que se requería". Y ello, explicó, "porque algunos oficiales, por ser amigos de estos señores, les daban los vehículos incumpliendo una orden directa de su superior, la mia, y desobedecer una orden de un superior no se puede permitir".

ACUSACIONES Corchado insistió en asegurar que no coaccionó a los motoristas, y que si dio la orden de que patrullaran a pie "fue con la intención de favorecer a los ciudadanos y, sobre todo, al comercio del centro, en ningún caso --aseguró--, para coaccionarles". Y llegó incluso a afirmar que el coaccionado y amenazado fue él, pues según manifestó uno de los motoristas "me llegó a decir que si usted informa y como consecuencia de ello nos abren expediente vamos a ir a por usted".

El agente al que atribuyó esta amenaza, que está citado como testigo en el juicio, pues él finalmente decidió no denunciar, y se encontraba fuera de la Sala, aseguró a este diario tras la vista que lo afirmado por el inspector-jefe "es absolutamente falso, fue él quien nos amenazó diciendo, tras dar un puñetazo en la mesa, que se hacían los servicios en moto porque lo mandaba él o se nos abría expediente".

Fue también lo que de forma unánime manifestaron los cinco agentes que decidieron denunciarle, tanto por sus "amenazas y coacciones", que todos aseguraron en el juicio haber recibido de Corchado tras descubrir que las motos no estaban homologadas para el servicio, como por "las vejaciones" a las que todos estiman les sometió después "impidiéndonos el uso de vehículos y obligándonos a patrullar a pie y con ello no tener capacidad de respuesta ante determinados servicios".

Y también aseguraron que ellos "nunca nos negamos a hacer los servicios, como él informó, solo nos negamos a hacerlo en las motos hasta que estuvieran homologadas".