Cacereño de "toda la vida" y devoto de la Virgen de la Montaña. Dedica su tiempo a los discapacitados, ejerciendo el cargo de Secretario en la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe). Le apasiona caminar y la fotografía.

--¿Qué significa para usted la Virgen?

--Siento algo muy grande hacia ella desde siempre. Es un sentimiento de cuna que me inculcaron mis padres, una tradición. Soy creyente, no practicante, pero la Virgen es algo especial.

--¿Se reúne con ella muy a menudo?

--Intento venir todos los días a Santa María cuando está aquí. Estoy muy atareado, muchas veces no puedo, pero me escapo cuando tengo un hueco. Voy más a verla cuando está arriba, en el santuario. Me gusta mucho caminar y muchas veces me encuentro a mí mismo en la montaña, me encanta.

--¿Qué destaca del novenario?

--El besamanto. Es un acto puntual e intento no faltar. La presentación de los niños recién nacidos también me gusta mucho, me parece muy tierno. Pero sobre todo, acompañarla a su santuario de la Montaña. Es un espectáculo para los que tenemos una fe especial en la Virgen, un momento importante. En la bajada me gusta verla en la plaza. Pero cuando se marcha me da pena e incluso se me saltan algunas lágrimas. Mi madre le canta y eso sí que enternece.

--¿Vive Cocemfe estas fechas?

--Los usuarios vienen independientemente, no hacemos una actividad en concreto, porque en el tema de la religión cada uno tiene sus propias creencias. Pero hay muchos que de verdad lo sienten y vienen desde el centro hasta aquí solos.

--¿Qué le va a pedir este año a la Virgen?

--Salud para todos y por mis cacereños. Somos muy devotos de pedirle cosas a la Virgen, quizás es el ente mayor que existe para nosotros.