El festival multiétnico

La crónica del jueves en Womad Cáceres: una plaza ‘plastic free’ y banderas de Palestina

La primera jornada del ‘nuevo’ Womad transcurre entre el férreo control para evitar el botellón, una aceptable acogida de las barras a precios populares y el clima de convivencia al que acostumbra el festival

Vídeo | Así sonó Lura en Womad

Carlos Gil

Cáceres ha demostrado que el vínculo que mantiene con Womad es más resistente que cualquier polémica. Y más este año, que afrontaba un cambio sustancial en su esencia ya que, por primera vez y tras años de debate enquistado, se ponía coto al botellón en la plaza. Lejos de provocar una estampa de recinto vacío, tal y como llegaron a augurar los agoreros, el escenario principal se mantuvo custodiado en todo momento por un público notable a pesar de las horas tempranas. 

Con la connivencia del buen tiempo, que previsiblemente acompañará durante todo el festival, los primeros asistentes desembarcaron en la plaza desde antes de las ocho de la tarde. Entre las novedades, todos los accesos permanecieron flanqueados por un amplio dispositivo policial apoyado por un refuerzo de seguridad privada. El férreo control para evitar la entrada con bolsas de bebidas ofreció una estampa insólita, alejada de esa histórica panorámica que por supuesto garantiza una imagen de lleno absoluto pero oculta que entre ese sold out a vista de pájaro, una multitud se mantiene ajena a los conciertos. 

Una bandera de Palestina ondea durante el concierto de Lura.

Una bandera de Palestina ondea durante el concierto de Lura. / CARLOS GIL

Cierto es que las primeras discusiones sobre este asunto surgieron a principio de los dosmiles, cuando el festival se debatía en una muerte por éxito debido a que desbordaba todas las previsiones posibles, tanto en público como en suciedad. Desde entonces, las quejas se han sucedido sin que se hayan producido cambios notables hasta este año, coincidiendo con el cambio al frente de la gestión del festival, tanto a nivel institucional como de la dirección. 

De esta forma, la primera jornada del festival transcurrió en un recinto libre de plásticos, una notable acogida de las barras con precios populares, a la que se instaló para los jóvenes con tres copas a 12 euros en el Foro de los Balbos se unió la propuesta de varios negocios de los soportales para mantener precios únicos, y el clima de convivencia y tranquilidad al que acostumbra siempre Womad. 

Otro de los gestos que llamaron la atención en el primer día de conciertos fue la presencia entre el público de banderas de Palestina, que ondearon durante el directo de Lura en la plaza Mayor. De igual manera, el presidente de la institución provincial, Miguel Ángel Morales, quiso mostrar su compromiso con el pueblo palestino y asistió a la presentación oficial con las autoridades ataviado con una camiseta con la bandera. Igualmente, pronunció un discurso contundente sobre el arraigo del festival con la justicia social y la responsabilidad de las instituciones para denunciar situaciones de injusticia.

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