Los resultados de la Cumbre del clima de 2014 podrían ilustrarse con las 140.000 anuales que, según la OMS, viene ocasionando el cambio climático y con los costes de los 2.700 desastres naturales ocurridos desde el inicio del milenio. Con la Cumbre reciente de Nueva York, Naciones Unidas pretendía allanar el camino para la Convención Marco que se celebrará en París en 2015, donde se acordará un freno de emisiones de CO2 para limitar el ascenso de temperatura del planeta en valores inferiores a los dos grados centígrados. Parece, sin embargo, que lo mejor del encuentro neoyorkino fueron las manifestaciones denunciando incumplimientos, frente a la tibieza de muchos países, España incluida. Uno recuerda las opiniones de Rajoy, las de su primo y las de José María Aznar sobre "alarmismo climático" y conviene, con David Trueba , que "...es posible que en España acabemos festejando el día de la negación del Cambio Climático; somos así...".

En la cumbre hubo promesas de inversiones en "descarbonatación por valor de cien mil millones de dólares", "líneas de financiación por valor de ciento treinta mil millones", e iniciativas varias por más de ochenta y cuatro mil millones"; algunos países desarrollados ofrecieron dos mil millones para programas de adaptación de países en vías de desarrollo, junto a otras inversiones en actividades alternativas, bajas en carbono, por valor de 31 mil millones, así como el compromiso de desarrollar un sistema de cálculo del coste real de la contaminación.

Varias asociaciones se comprometieron a reducir a la mitad la pérdida forestal antes del 2020 y ponerle fin en 2030. Doscientas veintiocho ciudades --ninguna de nuestro entorno-- se han interesado en un pacto para evitar la emisión de dos mil millones de toneladas de CO2. Empresas y organizaciones agrícolas prometen el fomento de prácticas sostenibles, las del sector de la distribución en utilizar transporte verde, y veinticinco ciudades intentarán reducir los contaminantes de vida corta de los vertederos. Todo ello en aras de conseguir que la temperatura no suba más de 0,6ºC.

19 PAISES respaldan el impulso de energías renovables, disminuyendo los costes de producción un 4%. Pequeños estados insulares invertirán 500 millones en tales renovables para generar 100 megavatios de electricidad. Diez países van a cambiar sus lámparas incandescentes, otros veintiocho fomentarán el uso de electrodomésticos eficientes y diecinueve impulsarán el de la calefacción con el calor residual de las industrias. Transportistas que esperan incrementar en un 30% los vehículos eléctricos de sus flotas en 2030, junto a países e instituciones que optarán por más transporte público. Instituciones, ciudades e individuos pueden dejar de invertir 50.000 millones de dólares en combustibles fósiles.

Inversores, bancos, seguros, fondos de inversión, asociaciones, ciudades, empresarios, organizaciones, prometen, muestran interés, respaldan, pretenden,... pero sólo unas pocas decenas de países y no los más grandes. Seamos, sin embargo, optimistas y presionemos para que nuestros países y, especialmente India, China y Estados Unidos, hagan sus deberes y faciliten el acuerdo para 2015.