Cada vez resulta más difícil emanciparse, la edad de marcharse de casa de los padres ronda los 30 y 35 años y de la misma manera las parejas que deciden casarse lo hacen más tarde. Se trata de una consecuencia de la sociedad en la que vivimos que también se hace notar en las estadísticas de las bodas de parejas homosexuales, según manifiesta el coordinador de Cáceres de la asociación de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales T-Entiendo, David Santos.

Desde que se aprobó la ley de matrimonios homosexuales en julio de 2005, en todo el territorio nacional se han casado 6.675 parejas, de éstas, 19 lo han hecho en Cáceres, según los datos aportados por la Dirección General de Registros y Notariado del Ministerio de Justicia. Además también indica que no se ha registrado hasta el momento ningún divorcio ni ninguna separación.

Los colectivos homosexuales achacan el bajo porcentaje de matrimonios al miedo a la visibilidad que esta decisión conlleva, sobretodo con respecto a los familiares.

Análisis

El presidente de la Fundación Triángulo de Extremadura, José María Núñez, dice que no se pueden analizar estos datos a nivel general y que hay que comparar Cáceres con ciudades de parecido número de población y que "ahí se nota más que el número de matrimonios es muy escaso". Núñez indica que también hay que tener en cuenta las características de cada región, así dice que Extremadura tiene un índice bajo de población y que el 80% de las personas viven en pueblos, "lo que les hace ser más reacios a que la gente lo sepa".

Por su parte, David Santos también lo achaca a que, además de que la "gente se casa cada vez más mayor", ahora "se está realizando un trabajo de tolerancia y de mentalidad abierta que dará sus frutos en los próximos años", así asegura el coordinador cacereño de T-Entiendo que la Ley está afectando sobretodo a personas de 30 años en adelante, "que les cuesta más dar ese paso porque llevan toda la vida ocultándolo".

En cambio, Santos asegura que los jóvenes tratan el tema "con más normalidad" y que "muestran su condición sexual sin ningún problema", por lo que, según el coordinador cacereño, en unos años las estadísticas de matrimonios crecerán "y serán bodas como otras cualquiera".

Desde la Fundación Triángulo se proponen como reto que los homosexuales trabajen con su entorno más cercano. Según Núñez, la percepción de estas personas es que no van a ser aceptadas por su familia y amigos "sobretodo en los pueblos", pero de igual forma indica que una vez que se atreven a contarlo "en muy contadas ocasiones existe rechazo social", por ello dice que su objetivo es que los gays y las lesbianas "no tengan