Las restauraciones van y vienen en el casco histórico de Cáceres, una de las ciudadelas de la Edad Media y del Renacimiento más completas del mundo. Hay mucho por hacer y aún más que mantener, de modo que unos edificios van tomando el relevo a otros. En estos momentos se da una circunstancia muy especial: los dos mayores palacios de la Ciudad Monumental se encuentran en plena restauración: Luisa de Carvajal (siglo XVIII) y Golfines de Abajo (XV-XVI). Uno frente a otro, en la plaza de San Jorge, devuelven a sus muros el esplendor histórico que les caracteriza.

Las obras del palacio Luisa de Carvajal, también conocido como Centro Cultural San Jorge, acaban de iniciarse. Presenta una imagen muy llamativa, ya que su fachada norte y parte del muro Este se han cubierto de andamios en toda la longitud, de modo que resultan visibles desde varias partes de la ciudad. Este gran recinto fue originalmente convento de la Compañía de Jesús, construido al mismo tiempo que la Iglesia de San Francisco Javier (Preciosa Sangre) y finalizado en 1755. Ha tenido varios usos: Real Colegio de Humanidades, instituto de enseñanzas medias o residencia femenina, y en la actualidad incluye algunos servicios de la Consejería de Cultura: Filmoteca de Extremadura y Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD).

Los trabajos, promovidos desde la Consejería de Educación y Empleo, ya cuentan con todos los permisos pertinentes de modo que se han iniciado las obras, con una duración aproximada de dos meses. Consisten en la restauración de la cubierta y las fachadas para su «puesta en valor, protección, conservación y mejora del patrimonio arquitectónico», explican desde la Consejería de Cultura, que interviene en esta actuación al tratarse de un edificio declarado Bien de Interés Cultural desde 2004, y protegido al amparo de la Ley 2/1999 de 29 de marzo.

La empresa construcciones Abreu, especializada en este tipo de rehabilitaciones, acomete las obras tras ganar el concurso al que concurrieron ocho empresas, por un importe de 80.171 euros. Uno de los trabajos más llamativos consistirá en la supresión de los mechinales donde anidan numerosas palomas. Según explicaron ayer desde Abreu, existen en torno a 200 a lo largo de la fachada y se cubrirán con tapas ciegas o bien con tapas especiales que sí permitirán que accedan los cernícalos primilla, una especie que tiene en Cáceres una colonia excepcional. En cambio, las palomas dañan los muros centenarios, puesto que tienden a escarbar en su interior.

un coloso en obras / Por su parte, el palacio de los Golfines de Abajo se encuentra en obras desde el 4 de septiembre y así permanecerá hasta primavera, si bien los trabajos no están alterando las visitas turísticas al centrarse en el patio de 1.000 metros cuadrados y en las fachadas que lo circundan, concretamente en la parte que linda con el Adarve del Cristo. Se trata del mayor palacio del casco antiguo, en el que los mismos Reyes Católicos se alojaron en 1477 y 1478, por eso es el único que luce el escudo real en su imponente fachada.

La restauración cuenta con el pertinente visto bueno de la Comisión de Patrimonio. Supone un desembolso de 250.000 euros por parte de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, que ha abierto el palacio a la sociedad con una finalidad de divulgación histórica. Ya se ha rehabilitado la primera fachada, en estos momentos se adecenta la segunda y posteriormente se hará lo propio con la tercera, además de remodelar el solado del patio, que no es muy antiguo pero ha experimentado varios cambios y continuará empedrado.

Las fachadas, que presentaban cierto deterioro, se están acondicionando con los morteros originales de cal y se rescatarán los esgrafiados que enmarcan los vanos, según explica Miguel Ángel Arroyo, responsable de la fundación en Cáceres. La ejecución de las obras corresponde a la empresa de restauraciones Vicente Pizarro SL, que ya ha llevado a cabo una restauración de especial envergadura en la Casa Fuerte de Corchuela, también propiedad de la fundación, con una inversión de 540.000 euros.

La fundación consolida así la recuperación del palacio de los Golfines de Abajo, abierto al público en otoño del 2015. Desde entonces ha recibido a decenas de miles de visitantes. Solo en el pasado puente de la Constitución y la Inmaculada contabilizó 4.000 visitas a su excepcional muestra de 85 belenes de todo el mundo, de la colección Basanta-Martín.