Fue Guillotin un médico francés de la época de la Revolución que dio nombre a la guillotina, aunque según consta en los archivos no fue su inventor. También se le conoce por su defensa de la eutanasia, hemos de entender que no sería por cambiar el método de la espada y el hacha por el más sofisticado y menos doloroso de la guillotina.

Se preguntará el lector qué tiene que ver el titular con lo que sigue, pues bien no era más que una elucubración de madrugada provocada por el insomnio. Se producía la decapitación en acto público, mientras que los ceses de directivos del área de salud de Cáceres se realizan con el mayor de los silencios, quizás por dar a conocer a la opinión pública la gestión de los mismos o en otros casos ocultando información sobre el traslado del cesado a otras cotas por aquello de hacer más llevadero el sufrimiento del cese.

Dos ceses recientes de directivos en el área de salud de Cáceres nos hacen pensar en lo que viene aconteciendo con la dirección de enfermería y la dirección médica. En ambos casos, el deseo de implantar a su antojo, y sin competencias para ello, jornadas de noche de 70 horas mensuales para el personal de enfermería o cambiar la jornada laboral de los médicos, como si la estuviésemos en los prolegómenos de la Revolución Francesa.

Es posible que la presión sindical haya motivado los ceses de ambos directivos, aunque no se puedan descartar cuestiones de tipo personal.

Pero la realidad es que la responsabilidad de las medidas que se pretenden tomar sin negociación previa es única y exclusivamente de la gerencia del área, que atropellando el derecho ha hecho su revolución, deprisa y mal, en lugar de despacio y bien.