Los jóvenes no muestran la prudencia que debieran en sus relaciones sexuales, pese a toda la información que reciben por diversos medios. No utilizan los métodos anticonceptivos tantas veces como sería aconsejable, pero además minimizan el riesgo de embarazo y piensan que la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual no les afecta. Y a todo ello se une su desconocimiento sobre estos temas, hasta tal punto que siguen creyendo algunos de los falsos tópicos de muchas generaciones atrás, por ejemplo que la masturbación provoca acné o que el embarazo no es posible en la primera relación sexual.

Así lo explican las responsables del Centro Juvenil de Orientación para la Salud (Cejos), perteneciente a la Liga Extremeña de la Educación y la Cultura Popular, que lleva quince años asesorando a los cacereños. Solo en el primer semestre de 2014 ha atendido a 1.800 jóvenes a través de sus talleres en todos los institutos de la ciudad y en varios municipios del entorno, pero también en sus centros de atención directa y gratuita. Uno de ellos es su propia sede, en la avenida Virgen de la Montaña (todos los días de 9.00 a 14.00 horas), y el otro se ubica en el edificio Valhondo, donde estos profesionales atienden la Asesoría Afectivo Sexual del Ayuntamiento de Cáceres (lunes, miércoles y viernes de 11.00 a 14.00 horas)

A través de su experiencia diaria con los jóvenes, los profesionales son capaces de realizar una radiografía del colectivo en estos temas, si bien el resultado todavía deja mucho que desear en plena era de las comunicaciones. Suelen iniciar las relaciones sexuales entre los 15 y los 17 años, mucho más temprano que lo hicieron sus padres, pero lo que no ha cambiado es el desconocimiento generalizado. "Siguen teniendo las mismas dudas, y las conversaciones en familia se consideran todavía un tabú, de modo que los jóvenes acuden a Internet, que alberga bastantes errores, o a sus amigos, que tienen la misma idea que ellos", explica Raquel Gutiérrez, trabajadora social del centro.

La percepción del riesgo también es muy baja, sobre todo en la adolescencia, y resultan frecuentes las relaciones sin anticonceptivos. De usarlos, el preservativo ocupa el primer lugar. "El temor se centra en todo caso en un embarazo no deseado, pero no en las posibles enfermedades de transmisión sexual", lamenta la trabajadora social.

TEST DE GESTACION En ocasiones, el personal del Cejos tiene que realizar test de embarazos a jóvenes que acuden preocupadas. Incluso en estos casos les inquieta más la forma en que se lo dirán a sus padres que la responsabilidad de convertirse ellas mismas en madres. Si el resultado es positivo, los profesionales derivan a la usuaria a Planificación Familiar. Si no (la mayoría de los casos), el centro continuará trabajando con ellas para que no caigan en el mismo error.

Pero en ocasiones son lo padres quienes contactan con el centro para preguntar cómo acercarse a sus hijos en estos temas. "Resulta más difícil empezar cuando los chavales ya han llegado a la adolescencia; lo más adecuado es hacerlo mucho antes y con naturalidad", explica Raquel Gutiérrez. Sin duda, la familia sigue siendo el camino más directo para que los jóvenes no caigan en errores a través de las redes sociales o la pandilla que luego puedan lamentar.