Curiosamente, no es la primera vez que la cruz de término emplazada en Santa Clara sufre una agresión. Según ha podido confirmar este diario, hacia el año 1982 también fue arrancada una parte de su estructura aunque en aquella ocasión no se resquebrajó, y los autores de tal acción optaron por dejarla sobrepuesta en el mismo lugar. "Los técnicos me han comentado esta misma mañana que han observado restos de resina sintética en el fuste, posiblemente fruto de aquella intervención en los años 80 para restaurar la cruz", desveló ayer la concejala responsable de Cultura, María José Casado.