El impacto de 2.000 latas de refresco equivalen a la polución que emiten trescientos coches diez minutos en un atasco. El festival Womad, que aparte de ofrecer música, alberga un gran poso de conciencia social, pretende manifestar su respeto hacia el medio ambiente y se suma por segundo año a ‘Cada lata cuenta’, el programa Europeo que busca sensibilizar en el reciclaje de latas de bebidas presente en grandes festivales.

Junto a los habituales voluntarios ataviados con mochilas recolectoras verdes a sus espaldas que frecuentan las zonas de conciertos, la campaña incorpora este año una llamativa novedad: construir un mural gigante con latas recicladas y decoradas por los propios usuarios que las entreguen. El tapiz medirá alrededor de 12 metros cuadrados, lucirá en la plaza de las Veletas, y recogerá 2.000 latas dispuestas en una determinada manera para que vistas en conjunto formen un búho, imagen que emula «sabiduría, música y folk», destaca el director del programa, Pablo García. La propuesta, conocida como ‘pixelata’, ya ha probado suerte en otras localidades y este año pretende llamar la atención sobre los cacereños que se acerquen a la cita musical este fin de semana. El objetivo, según García, director del programa, es concienciar a través del arte de la importancia del reciclaje de latas de bebida.

Por otro lado, García destaca que esta edición del Womad han reforzado el acuerdo con Conyser y durante los tres días del festival habrá contenedores repartidos por el casco histórico entre la plaza de Santa Ana y Veletas.