La Asociación Cultural Coro Rociero de Cáceres otorgó ayer por primera vez su máxima distinción --la medalla de oro-- al obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, Ciriaco Benavente, y al alcalde cacereño, José María Saponi, en el transcurso de una eucaristía celebrada en la ermita del castillo de la Arguijuela y oficiada por el prelado. En el acto también se reconoció con la medalla de plata al jefe de la policía local, César García González; al sacerdote de la Casa de la Misericordia de Alcuéscar, Rafael Escolano, y a Basilio Delgado, hombre muy vinculado al coro. Igualmente se otorgaron otras 34 medallas de plata, repartidas entre todos los miembros activos del coro cacereño (29) y cuatro antiguos componentes del mismo.

DIA DEL TRABAJO Durante su homilía, el obispo ensalzó la figura de San José Obrero, al coincidir el acto con la festividad del Día del Trabajo. Benavente destacó cómo el 1 de Mayo comenzó siendo una fiesta civil para pasar a ser también religiosa gracias a la intercesión del Papa Pío XII, que quiso autorizarla para que "los cristianos --dijo-- tomaran conciencia de la importancia de las conquistas sociales logradas por el hombre". Monseñor se refirió igualmente a San José como un "trabajador sencillo, un varón justo", tal como lo define la Sagrada Escritura. Asimismo Benavente recordó a esos otros países donde las mejoras laborales aún no han sido reconocidas.

El obispo fue el encargado de bendecir estas medallas, que llevan grabadas las figuras de la Virgen del Rocío y de la Montaña. La decisión de otorgar esta distinción se adoptó por unanimidad el pasado 3 de abril en una junta directiva de la asociación. La intención es repetir el acto en años sucesivos con nuevos galardones. La misa de ayer fue amenizada por el Coro Rociero Horizonte y acudieron el presidente del Coro Rociero de Cáceres, Jesús Brazales; el director, Enrique Moreno, y el secretario, Hermenegildo Delgado, además de todos los miembros de la asociación, amigos y familiares. Tras la eucaristía se ofreció un vino de honor.