El ayuntamiento ya ha aprobado dos de los cuatro proyectos de reparcelación de las áreas de reparto en las que se ha dividido el polígono industrial de la Charca Musia para su ordenación. La segunda está en fase de presentación de alegaciones. Son las que tienen menos complicaciones urbanísticas para su desarrollo y también las más pequeñas, entre las dos suman poco más de la décima parte de todo el complejo industrial.

La Charca Musia se divide para su desarrollo en cinco áreas de reparto, aunque la más pequeña, con 1,7 hectáreas, no es industrial, sino para equipamientos comerciales. El consistorio aprobó a finales del pasado año la primera de las áreas, que tiene una superficie de 2,5 hectáreas, y en la que no hay ninguna edificación. La segunda se aprobó hace tres semanas, y ocupa 1,9 hectáreas. A diferencia de la primera, sí afecta a edificaciones, aunque la incidencia no será importante si se tienen en cuenta las cantidades previstas en el proyecto para derribos (casi 8.000 euros) e indemnizaciones (unos 60.000 euros).

NAVES EN ESPACIOS VERDES

La Charca Musia es un gran puzzle en el que hay fichas que no encajan. Para ordenarlo, hay calles que se tendrán que rehacer, lo que supondrá el derribo de algunas edificaciones, aunque los planes de reparcelación se han elaborado con la idea de afectar lo menos posible a lo construido.

La Charca Musia, donde hay unas 300 empresas, se empezó a desarrollar en terrenos no calificados para un uso industrial. El primer paso para su ordenación se dio hace nueve años, cuando se modificó el plan general de urbanismo y la mayor parte del recinto quedó como suelo para industrias, equipamientos y áreas libres. Sin embargo, hay naves en espacios que se reservan para zonas verdes, y que se dejaron para este uso con el fin de agrandar la distancia entre las naves y los nuevos residenciales que se edificarán en el entorno del polígono y detrás del Nuevo Cáceres. Algunos de los industriales que tenían sus empresas en estas naves fueron los que hace once años encabezaron las protestas para la ordenación del polígono, ya que no podían contratar con la compañía Iberdrola más energía y potencia de luz debido a la situación de ilegalidad en la que estaban las naves, una situación que en algunos casos todavía se mantiene.

La ordenazación de la urbanización de la Charca Musia se realizará a través de una junta de cooperación, en la que serán los dueños de las industrias y del suelo los que financiarán la ordenación del polígono.