Vaquero, camisa a rayas, está sentado en el sofá frente al televisor. Con el mando a distancia maneja el dvd: delante, detrás, delante, detrás... En la pantalla un niño torea novillos y El Cordobés aplaude. ¿Ese eres tú?. "Sí", responde con sonrisa a medias y sigue rebobinando. "Está fastidiado con la alergia", dice su padre, que acaba de abrir las puertas de Rancho Torero para recibirnos. Jairo Miguel, el niño torero más famoso del mundo, continúa en el sofá.

"Jairo, deja eso ya, y no te demores", le apremia el padre. El joven de 15 años se levanta parsimonioso, se toca la barbilla y estrecha la mano a los recién llegados. Tiene porte torero, como su padre. De hecho, sus rasgos son muy parecidos a los de Antonio Sánchez Cáceres, el hombre que buscó la gloria en España y en América, que tomó la alternativa en 1977 de manos de Paco Camino y que hasta fue actor de fotonovelas americanas, en las que --como reconoce entre risas-- siempre hacía de "gigoló descafeinado".

Su hijo, igual que le ocurrió a él, ama al toro desde que era niño. Con 3 años tuvo su primer capote, a los 6 trasteó el primer becerro y el pasado mes de mayo tomó la alternativa en la Monumental de Aguascalientes (México), convirtiéndose así en el torero más joven de la historia. Hasta el 5 de marzo del 2009, día en que cumplirá los 16, no podrá torear en España, según dicta la ley.

Jairo coge el capote con garbo para la sesión fotográfica. Pega su nariz a la de su padre y no elude la carcajada. "Parece que nos vayamos a dar un... un morre...", musita entrecortado el padre. Acaba la tregua de risas y hay que ponerse serios. "Mírame Jairo". Los dos se miran con el aplomo que miran los toreros al morlaco. A plena luz del día el fotógrafo capta el momento en mitad de la finca cacereña donde la familia descansa en un receso de la campaña americana del diestro.

En el salón de Rancho Torero cuelgan fotos de faenas de Jairo. Huele a romero, unos gatos recién nacidos duermen en una cesta de mimbre... En media hora padre e hijo viajarán a Salamanca. Jairo aprovecha para hacer tentaderos a puerta cerrada en ganaderías de Zalduendo o El Niño de la Capea, antes de partir de nuevo a México (se marchó el pasado 19 de junio).

"Todo esto ha sido un período de formación. No pretendíamos que Jairo saltara de esta forma a la fama, si no es por la maldita cornada, pero el de arriba es quien dispone". Sánchez Cáceres alude a la cogida que sufrió su hijo en abril del año pasado, entonces siendo un novillero de 14 años. La cornada, de 40 centímetros de extensión, le perforó el pulmón izquierdo y le rozó el corazón mientras toreaba su segundo toro en la primera novillada de la feria de San Marcos, la más importante que se celebra en Aguascalientes. Permaneció más de tres días en la UCI y su nombre dio la vuelta al mundo.

Confirmar la alternativa

Jairo ya es matador de toros. "Interior lo ha confirmado", informa el padre con orgullo, antes de relatar que el 5 de marzo del 2009 podrá confirmar su alternativa en las plazas de Madrid, Nimes, México y Bogotá, las más importantes del mundo. "A todas tendremos que llegar", aunque a Las Ventas habrá que darle tiempo. "El de Madrid es un público exigente", reconoce.

A su hijo le mirarán con lupa. Y él lo sabe porque Sánchez Cáceres tiene muchos tiros pegados . "Hay grandes expectativas en torno a su figura. Ha hecho 57 novilladas y dos corridas de toros, pero de los triunfos casi nadie se ha ocupado. Las cornadas han llenado periódicos".

Jairo "es el torero más joven de la historia, le saca 11 meses a El Juli, está en el Libro Guinnes", continúa el matador. ¿Y cómo se siente usted siendo su padre?. Medita apenas un segundo: "¡Me siento de la chingada!", asegura. ¿De la chingada?. "Sí, porque hay más amarguras que satisfacciones. No es todo oro lo que reluce. Hay esfuerzo, abandono de un hogar, de una esposa, de una tierra".

¿Pero también hay satisfacciones, no?. "Lo único que tiene es que mi hijo quiere ser torero. Y este apasionamiento lo tengo por eso, porque es mi hijo, porque no le debo dejar solo... Todo esto me está quitando la vida, bueno, la vida la quita Dios, pero esto lo acelera más".

¿Cuándo usted mira a su hijo fijamente en esta foto, qué quiere transmitirle?. "En esa mirada le transmito toda la energía, el aprendizaje, la experiencia, la sabiduría si es que tengo alguna. Si eso lo aprende, sería de sobra para funcionar fuerte en la vida, no solo en el toro".

El juego de la vida

¿Y qué les dice la gente cuando los ven por la calle?. "Unos se sienten fascinados, otros se creen que somos ricos, pero la mayoría son muy cariñosos, encantadores...". Jairo tiene 15 años pero ya es matador. Y ser matador no es un juego... "Ahora ya no es un juego, ahora es el juego de la vida, del prestigo y del futuro. Por eso ahora no me divierte, ahora lo sufro. Es como el ginecólogo: donde todo el mundo disfruta, él trabaja. Y Jairo lo disfruta y yo lo sufro". Así es la doble cara de la fiesta. "Para él todo es futuro e ilusión, para mí es una mezcla de lo bueno y lo malo que conlleva la vida y el toro".

¿Sabe que Cáceres aspira a ser capital cultural en 2016?. "Sí. Y Cáceres tiene ahora un motivo más para lograrlo: el torero más joven del mundo. Cáceres merece la capitalidad. Por todos lados digo que soy de Cáceres. Y cuando estoy lejos me digo: "Puta madre, ¡cuando me voy a regresar pallá! . Aún estando en el paraíso, Cáceres siempre me falta".

Jairo vuelve al sofá. El dvd sigue emitiendo sus faenas. El las mira ensimismado. Pasó la media hora. "¡Jairo!". Y Jairo sale del salón. "Cierra la puerta... vamos, que Santi Senso nos espera en la Cruz de los Caídos". Padre e hijo suben al coche. Un tentadero en Salamanca aguarda. Otra vez, padre e hijo frente a frente y siempre frente al toro.