Siete enclaves, entre torres y lienzos de muralla, del cerco almohade serán visitables, según se especifica en el estudio integral redactado por el arquitecto Miguel Matas con cargo a fondos del Plan de Excelencia Turística. Este documento servirá de base a la actuaciones a realizar en la muralla, "con una planificación para un periodo de diez a quince años", según calculó el concejal Manuel Rodríguez Cancho. El estudio integral se presentó el pasado día 9 a la Consejería de Cultura, que tiene las competencias en conservación del patrimonio, y el miércoles, en la reunión de seguimiento del plan de excelencia, se seleccionaron las primeras actuaciones a realizar: Púlpitos, Torremochada y los Pozos.

Ambos encuentros son el punto de partida para un ambicioso plan integral, en el que se detalla tanto la situación catastral como patrimonial de los edificios que están en los tramos en los que se pretende intervenir. Matas plantea siete enclaves que pueden abrirse al tránsito, de los que tres incluyen lienzos y torres, y el de los Pozos, que es el más significativo, coge una parte de la cara oriental del cerco.

En el plan se propone un recorrido, que no es continuo, pero que sí tiene un orden que va oeste-norte-este del recinto intramuros. Se inicia en Bujaco, con un centro de interpretación del cerco almohade. En este enclave se podría recorrer la muralla desde la torre de Bujaco, pasando por Púlpitos, hasta la de la Yerba.

La siguiente parada es la torre albarrana del Horno, que es de propiedad municipal, lo que facilita una primera intervención, ya que aquí se propone una segunda fase, en este enclave. No ocurre lo mismo con la torre del Postigo, la número tres en el recorrido, cuya cámara y terraza son de propiedad particular.

TORRES OCTOGONALES El recorrido sigue con el enclave que forman parte del lienzo del adarve del Padre Rosalío y el cubo de la torre del Aver. Aquí se puede transitar por el lienzo de la muralla. Lo mismo que en la quinta parada, la de Torreredonda, donde se propone el acceso a esta torre octogonal y al lienzo que está en la confluencia del adarve del Padre Rosalío con la calle Puerta de Mérida. El plan sugiere en este enclave eliminar edificaciones de la calle Cornudilla para poner en valor la torre octogonal.

Torremochada, penúltima parada, también es octogonal, pero es más visible al estar libre de edificaciones por varios de sus frentes. Es el único enclave al que se accedería desde el exterior del recinto intramuros. El plan propone que la visita finalice en el conjunto formado por la torre de Hernando Pizarro, el olivar de la judería, el conjunto de la torre de los Pozos, y el jardín adyacente al lienzo oriental hasta el arco del Cristo.

En el estudio integral se plantea que este último enclave forme un único conjunto con la entrada por la calle Barrio de San Antonio y la salida por el extremo norte del espacio verde adyacente al lienzo. Esto significaría el cierre del actual acceso al olivar de la judería. Para salvar los dos niveles del paseo que se formaría, en el plan se apuesta por la recuperación de la puerta que había en los Pozos para unir el exterior con el alcázar. En este conjunto habría distintos servicios (oficina, cafetería...).