Series televisivas como C.S.I. han popularizado los métodos científicos de la policía y a esos agentes que, cargados con su inseparable maletín, acuden al escenario del crimen para recoger y después analizar las pruebas del delito contra asesinos, violadores, ladrones, falsificadores... En España no se llaman C.S.I (Criminal Science Investigation ) sino Policía Científica, pero su trabajo real guarda gran "paralelismo" con la ficción, valoró Marifé Mateos, una de las responsables de la muestra y agente de la Comisaría General de Policía Científica.

La exposición Un siglo de Policía Científica en España muestra hasta el sábado (Sala de Caja de Extremadura, en la avenida de la Montaña) la evolución que han experimentado los sistemas y equipos de trabajo de esta especialidad policial. La muestra forma parte de las Primeras Jornadas Policiales de Cáceres que organiza la comisaría y busca, según la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, "instruir, entretener y acercar a la sociedad la labor" de esta brigada.

La policía científica española está considerada como la tercera mejor del mundo, según Pereira, quien destacó su intervención en hechos claves como el tsunami, el atentado del 11-M o el último de la terminal 4 de Barajas.

Piezas de museo

"En todas las épocas ha supuesto un reto esclarecer los delitos", aseguró la delegada, y de ello da fe esta exposición itinerante que lleva desde 1992 recorriendo toda la geografía del país. Una veintena de paneles explicativos recorren las diversas especialidades de la Policía Científica (antropología, biología, química, toxicología...) y algunas de sus famosas herramientas, como el S.A.I.D.: el archivo central de huellas dactilares de personas fichadas por la policía y en el que hay registradas más de dos millones.

Precisamente, la comisaría de Cáceres, donde la Brigada de Policía Científica está formada por dos inspectores y dos agentes, no tiene aún acceso a este sistema, lo que obliga a remitir las huellas recogidas en un escenario a Badajoz para su contraste.

En la muestra pueden verse además verdaderas piezas de museo del mundo del delito y la investigación policial. Así, junto a útiles para falsificar dinero o armas artesanales --un bolígrafo-pistola, una pistola fabricada con una cañería, un bastón-escopeta-- requisados a los delicuentes a lo largo de estos años, se pueden contemplar antiguos equipos para la confección de retratos robot y los modernos programas informáticos actuales usados para el mismo fin o un camión-laboratorio policial móvil.