Sencillamente entrañable. El campamento de la asociación Amigos Francisco de Asís en Descargamaría cumplió el sábado 20 años al abrigo de las montañas de la Sierra de Gata. Lo hizo con la energía renovada de las nuevas generaciones de jóvenes que llevan ahora el timón de esta escuela de vida en libertad. También de los que en otras épocas estuvieron y nunca se han ido, a pesar del paso inexorable del tiempo.

Y junto a todos, el padre Pacífico. Un franciscano con el número 10 a la espalda que ha conseguido hacer realidad el sueño de muchos, convirtiendo ese lugar en un referente vital. Por todo eso y mucho más, los participantes en la jornada festiva rindieron un merecido tributo al cura, que él correspondió con humildad y lucidez. "Os quiero mucho. Siempre os llevaré como piedras preciosas incrustadas en mí", fue su respuesta ante tanto reconocimiento en una emocionada eucaristía a cielo abierto.

Regalo sorpresa

Pero sin duda alguna, el momento de mayor emoción llegó en forma de sorpresa. Los jóvenes Amigos de Francisco de Asís decidieron bautizar las instalaciones con el nombre Campamento Padre Pacífico y anunciaron la organización de un congreso extraordinario con motivo de los 20 años de trabajo en Descargamaría.

Ni el fuego ni la falta de fuerzas han impedido que Pacífico dejé un legado incalculable en este rincón privilegiado de la provincia. Una comunidad de monjas mantiene vivo el espíritu en Descargamaría y el ejemplo vivo de que Dios siempre se hace presente en las grandes y las pequeñas cosas.

Sin tiempo que perder ni para mirarse el ombligo, Pacífico marcó nuevos retos: construir una casa conventual para ellas en el campamento y prevenir que los incendios vuelvan a castigar una zona arrasada en veranos anteriores. Una hectárea en un terreno colindante de varios propietarios y por desbrozar tiene la culpa.

Caras nuevas y conocidas, entre ellas, las del vicario general de la diócesis, Ceferino Martín, o del director general de Juventud, Juan José Maldonado. Todas maravillosamente cercanas como si el tiempo demostrara que lo aprendido en aquel lugar siempre va contigo. Una exposición de fotografías y la música de The Funkesteins y El Desván pusieron el broche final, todo con el sabor de los mejores momentos.