En escena, una actriz (Ana Fernández) que es dos mujeres. Habitan en dos pasados separados por siglos, marcados por hechos traumáticos de la que ella es protagonista: la expulsión de los judíos de España en el XV y el holocausto nazi de mediados del XX. En las palabras de la actriz se funden ambas experiencias históricas e íntimas. El horror, sí, pero sobre todo el amor: por un cristiano en el primer caso y por un alemán en el Berlín nazi, en el segundo. Las palabras proceden del dramaturgo Miguel Murillo, que ha escrito Yla y Lía. La puerta de las estrellas para el grupo extremeño Las Cuatro Esquinas. Tras su estreno la semana pasada en Mérida, hoy afianzará el montaje en la segunda función en Villanueva de la Serena.

El montaje prolonga el teatro comprometido que la compañía estableció en su anterior trabajo: El jardín del mundo , sobre la tortura. También aquí se trasladaba a escena un suceso terrible del siglo XX, el de los desaparecidos en Argentina durante la dictadura militar de 1976 a 1983. "Habíamos hecho comedia, musicales y acabas cansándote y te planteas otros espectáculos más cañeros ", afirma Esteban Ballesteros director y productor de Yla y Lía. La puerta de las estrellas . Quería una historia sobre el mundo judío y la quería con música, una idea que no pudo desarrollar en el anterior montaje. Aquí la música de tradición judía interpretada en directo "apoya el dramatismo de la obra", afirma. Y lo hace también la danza que baila Gema Ortiz. De fondo, la idea de intolerancia que, no importa la época, estalla en el comportamiento de los hombres.