Entrevista | Marcos de Emowe Autor del libro ‘Aprender a tomar notas con tu Cerebro Digital’

«Lo importante no es lo que sabemos, sino lo que hacemos con ello»

Marcos de Emowe te ayuda a organizar tu información personal, del mismo modo que Marie Kondo organiza tu casa. En su nuevo libro enseña a utilizar el ‘cerebro digital’, ese que permite echar mano de los conocimientos acumulados en pocos segundos. No se trata de «ningún truco de magia», sino de un proceso que tiene sus propias reglas

Marcos de Emowe habla de cerebro físico y cerebro digital.

Marcos de Emowe habla de cerebro físico y cerebro digital. / CEDIDA POR EL AUTOR

Experto en gestión del conocimiento personal, Marcos de Emowe ha publicado el libro ‘Aprende a tomar notas con tu Cerebro Digital’ (Editorial Nuevas Tecnologías, 2024). Nos invita a no quedarnos solo con la idea de que el conocimiento es lo que somos capaces de recordar, sino que nos ayuda a aprender a recuperar toda esa información en pocos segundos y en la memoria a corto plazo. Pasen y lean.

La primera pregunta la tengo clara, ¿qué es un cerebro digital?

Un cerebro digital es como darle un extra a tu capacidad de pensar y recordar. No es ningún truco de magia, sino un proceso con tus propias reglas. Empieza por aprender a tomar y gestionar notas digitales, conectándolas en una red que imita cómo trabaja nuestro cerebro. Cada nota que creas, no solo se almacena, sino que se vincula con otras ya existentes potenciando así tu conocimiento. El truco no está en amontonar notas en una carpeta digital; lo interesante es cómo estas notas se relacionan y conectan entre sí, algo que en papel era impensable. Esta es la verdadera magia del cerebro digital: crear una red de conexiones, como una versión digital de tu propio cerebro.

¿Y cómo nos ayuda esta metodología a nivel personal?

En todos los sentidos. Un cerebro digital te ayuda a guardar esa información que tu cerebro físico va a terminar olvidando. No estamos hablando de guardar notas digitales en una carpeta como haríamos con nuestras notas en papel, sino de ir ligando, relacionando todo lo nuevo que aprendemos con lo que ya sabíamos, para ir apalancando nuestro conocimiento como si fuera interés compuesto. Un cerebro digital te da paz mental, te reduce significativamente el estrés; ahora, en vez de recurrir a nuestra memoria para tomar una decisión, podemos usar ambos, nuestro cerebro físico y el digital.

¿Llegaremos a tomar mejores decisiones?

Si no eres capaz de recuperar tus notas en un par de minutos, es como si ese conocimiento no lo tuvieras. Es como ese objeto que guardaste en el trastero y que nunca encuentras. Está ahí, pero de nada te sirve, por lo tanto, resulta indiscutible que nos ayuda a tomar mejores decisiones. Llegado el momento, siempre vamos a necesitar tener la mejor información disponible en nuestro lenguaje. Lo importante no es lo que sabemos, sino lo que hacemos con ello.

Asegura en su libro que «sobrevaloramos lo que somos capaces de recordar y subestimamos el poder de aprender a tomar notas» ¿por qué?

Los seres humanos tenemos a ser excesivamente confiados en lo que somos capaces de recordar nada más leerlo o consumirlo. Sin embargo, tal y como demostró Hermann Ebbinghaus en su estudio y conclusión reflejada en la ‘Curva del Olvido’, a los seis días solo recordamos aproximadamente el 25%. Lo curioso de este efecto es que no somos conscientes, por tanto, nos creemos que ese libro que leímos hace una semana aún lo retenemos. Nuestro conocimiento no solo es lo que somos capaces de recordar con nuestra memoria (cerebro físico), sino ahora también lo que somos capaces de recuperar con nuestro cerebro digital.

¿En qué se diferencia esta forma de recopilar información de la tradicional?

No es que haya diferencia, es que no tiene nada que ver. Cuando estás consultando un libro de terceros, a Google, a la inteligencia artificial, lo que te está devolviendo son datos, no es conocimiento. Son datos porque está expresado en el lenguaje, expresiones, vocabulario del emisor o autor de la fuente de información. Incluso con información redundante o ajena a tu interés. Sin embargo, cuando tú consultas a tu cerebro digital, él ya conoce tu vocabulario, expresiones, analogías y es capaz de transmitirte conocimiento «enchufable» directamente a tu interior porque está en tu idioma, por así decirlo. No necesitas leer dos veces o interpretar un texto de terceros.

¿Cómo llegará a relacionarse la Inteligencia Artificial con el cerebro digital?

La inteligencia artificial debe ser entrenada si queremos sacarle partido. La mayoría de los modelos que conocemos (GPT4, Gemini, Lamda, etc...) son genéricos, y si queremos usarla para asesoramiento personal o realizar tareas específicas, hay que construir, diseñar nuevos modelos basados en cientos de casos de uso previos, o información digital preparada para esa tarea. En digital se nos permite ir, poco a poco, creando esos cientos de notas digitales sobre esos temas específicos que podremos enchufarle a la inteligencia artificial para crear nuestros propios modelos personales. Tarde o temprano, todos tendremos un cerebro digital, lo que está por ver es la fecha. En la época Victoriana, cuando arrancaban los primeros trenes, se creía que las altas velocidades de 30 km/h podían dañar a los humanos. La resistencia al cambio es normal.