Casi mil cartas, la mitad de ellas inéditas, conforman el Epistolario de Pedro Salinas, en el que salen a la luz todas las caras del autor de La voz a ti debida , y donde conocemos desde dentro las miserias, dolores y aspiraciones de un exiliado.

En el tercer y último volumen de las Obras Completas de Salinas (Cátedra) aparece un personaje "múltiple", según ha afirmado Enric Bou, que junto a Andrés Soria ha realizado la edición e introducción de este voluminoso libro.

Bou ha señalado que Pedro Salinas (Madrid, 1891 - Boston, 1951), profesor, poeta, ensayista, narrador y escritor de teatro tenía "una vida secreta, otra pública y otra familiar".

Estas facetas se reconocen en Epistolario , donde sobresalen "tres archipiélagos": su esposa, Margarita Bonmatí; su amante, Katherine Whitmore, y su gran amigo, el poeta Jorge Guillén.

A la primera van dedicadas la mayoría de las cartas, pues ya durante los tres años de noviazgo Salinas le envió 600. Sin embargo, Bou dice en la introducción: "no deja de ser curioso que el Salinas que habla en las cartas a su mujer sea el Salinas más público, el menos privado".

Muy distinto es el Salinas que escribe a Katherine Whitmore, la hispanista estadounidense que el poeta conoció en el Madrid de 1932 durante un curso sobre la Generación del 98.

La publicación de estas cartas tiene la autorización de Solita y Jaime Salinas, los hijos del poeta. "Los herederos comprendieron que eran cartas que hablaban de sentimientos muy antiguos, y que todos sus protagonistas habían muerto hacía mucho tiempo", comenta Bou.

Pero, tal y como explicó la propia Katherine en 1979, en un apéndice incluido al final del libro, "nada volvió a ser lo mismo" tras el intento de suicidio de la esposa al enterarse de esa relación. Las cartas de Katherine, quien reconoció ser la identidad del "tú" de La voz a ti debida , Razón de amor y Largo lamento , nunca se reprodujeron porque ya "no existen", según Bou.

Con Guillén, también profesor en el exilio, Salinas intercambia una importante correspondencia. Ambos "fueron conscientes del valor que podían tener sus cartas y de las posibilidades de una publicación futura", señala Bou. Epistolario tiene "otras islas menores" como Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Dámaso Alonso y Américo Castro, entre otros.