Un gato negro, quizá el de la suerte, adaptado a la moda de los tiempos, ha sido el símbolo de Bruguera, incluso mucho antes de que la editorial existiera, y es el único emblema que entronca con sus orígenes: la editorial El Gato Negro. Uno de los primeros logotipos rescatados del olvido muestra a este animal en posición vertical, con sombrero de copa en una pata convertida en mano y una gran pluma en la otra. Este símbolo, utilizado durante la década comprendida entre 1920 y 1930, fue heredado por Bruguera, que lo adaptó a los nuevos gustos: perdió la chistera y la pluma, puso las cuatro patas en el suelo y se convirtió en un entrañable minino que invitaba a un uso doméstico, como los libros a los que representaba.

El logotipo presentado ayer por los responsables de la editorial ha sido creado por el escultor y diseñador Francesc Polop, responsable artístico de la nueva colección. Para la nueva etapa, el animal se ha estilizado y su cuerpo es casi una mancha en la que destacan los ojos y una elegante cola.