"Ya no voy a masajear más espaldas", aseguró ayer George W. Bush en el transcurso de una conferencia de prensa. El presidente de los Estados Unidos hizo esta declaración después de ver repetida una y otra vez la imagen en la que aparecía masajeando a la cancillera alemana, Angela Merkel, en las televisiones de su país. El presidente estadounidense recibió críticas diversas después de aquel gesto.