Mientras los reporteros siguen matando el rato a las puertas de la clínica Anderson de Houston, jugando a polis y cacos con los miembros de seguridad e intentando rascar alguna exclusiva, el ¡Hola! ha recibido un pase de invitado al centro hospitalario. Y, como suele pasar en estos casos, se ha convertido en el escriba oficial de la crónica hospitalaria de Rocío Jurado. "A personas de la familia les han llamado estos días para darles el pésame, y eso tiene tela", critica José Ortega Cano, en sus primeras declaraciones desde que la cantante fue operada en enero. El torero, como el resto de la familia, no había contribuido a templar la alarma sobre la salud de la cantante, sobre la que ha pesado un secretismo absoluto. Incluso el hijo de la pareja, José Fernando, llamó preguntando si su madre, como le decían los niños en el colegio, se estaba muriendo, se queja el diestro.

Hasta ayer, Ortega Cano sólo había autorizado la difusión de dos partes escuetos y vagos. El primero hablaba de una "infección" y, el segundo, que "respondía a la medicación". El tercero llegó ayer tarde y aseguraba que la mejoría sigue y que Jurado, que aún puede estar 15 días más ingresada, ha dejado la UCI.

Los detalles los dejaba para el ¡Hola!. En él, el torero decía que el "susto ya ha pasado" y que "Rocío mejora cada minuto". Por ejemplo, "habla y da pasitos". Amador Mohedano, hermano y mánager de la cantante, dijo ante un cámara de Tele 5 que lo pilló en el párking que Rocío está "contenta" y tachó de "barbaridades" las conjeturas fúnebres de estos días. "No se puede decir que estábamos preparando un ataúd".