Palestina. El hilo de la memoria es la clase de libro que a todo periodista le gustaría escribir. Une el testimonio personal y el periodístico. Teresa Aranguren, su autora, es, claro, periodista. A través de su memoria, el lector lee la de aquel territorio y sus habitantes sometidos durante casi un siglo a éxodos, represiones, muertes en un movimiento que aún hoy prosigue. Su libro, publicado por Caballo de Troya y que ayer presentó en el Ateneo de Cáceres, aporta datos, hechos, impresiones. Y con ellos levanta la historia de las gentes de Palestina, su sufrimiento, su deriva histórica. Como reportera ha acudido en diversas ocasiones a aquel territorio para cubrir el conflicto palestino-israelí y de esos viajes ha decantado durante más de veinte años ciertos sentimientos de proximidad al destino de ese pueblo.

--Su primer contacto con el periodismo se produjo con los palestinos.

--Estudiaba Filosofía en Madrid en 1972 y marché a Jordania con mi marido. Allí di clases de español y empecé a enviar reportajes a varios medios, como Mundo obrero , que los publicaron. Aquel viaje me marcó. Me dio el conocimiento de la sociedad palestina: hospitalaria, heterogénea, próxima a nosotros, con capacidad de protegerse (clave para entender su resistencia) y con una enorme dignidad, que les lleva a no reflejar su condición de víctima.

--¿Cuál fue el principio del conflicto con Israel?

--Comenzó a raíz de la primera guerra mundial, cuando con el final del imperio otomano se produce el reparto colonial de la zona entre Inglaterra y Francia, y en el que confluye el movimiento sionista europeo de conducir a Palestina a población judía.

--Después de las guerras árabe-israelís en los años 60 y 70, los árabes no han vuelto a plantear nuevos enfrentamientos.

--Porque sería una confrontación contra Israel y contra Estados Unidos. De manera que la postura árabe derivó hacia la diplomacia para hacer girar la política estadounidense. Pero los acuerdos sucesivos que se han dado, con resoluciones de la ONU incluidas, han fracasado porque no ha habido ninguna imposición de éstos a Israel. Y la solución pasa por la retirada de los territorios que este país ha ocupado durante medio siglo para volver a las fronteras que se trazaron en 1948. Israel ha seguido ocupando territorios y negociando a partir de estas ocupaciones. El problema está en Washington, el sostén israelí; porque nunca se han aplicado medidas de presión, como económicas o de retirada de embajadores.

--¿Como ha informado de los hechos que ha vivido?

--He intentado transmitir no sólo los datos globales sino cómo continúa la vida de los ciudadanos al mismo tiempo que están cayendo las bombas.

-- En su libro explica que para contar con objetividad y buscar la verdad no es imprescindible ser aséptica ni distante.

--Uno debe buscar la objetividad y contar los hechos lo más ampliamente posible; buscar las claves de la información, pero no equiparar las razones de unos y de otros. El libro está enmarcado en una injusticia histórica que recae sobre los palestinos. Hay una parte (Israel) que ocupa y otra (Palestina) que es ocupada.

--¿Los medios de comunicación cuentan estos hechos, pero olvidan otros?

--Donde va la CNN va el resto de los medios. Los medios van buscando a veces el gran espectáculo. Y cuando este desaparece, desaparecen los medios. Es lo que ocurrió en Kosovo, cuando la OTAN entró allí: se dejó de informar. A veces depende del coste de enviar los equipos, de intereses estratégicos y si no eres un gran medio es difícil que determines cuál es el foco de interés. Pero el periodismo sigue teniendo el valor de transmitir hechos, como los que ocurren ahora en Irak y que recogen las cámaras.