Un pedacito del corazón del fútbol español murió con Juan Gómez Juanito hace 20 años y un día. Nadie puede olvidar a uno de los grandes mitos de la historia del balompié y menos él, su amigo, su preparador físico, su hombre de confianza en el Mérida, Manuel Angel Jiménez Galán Lolino , que acompañó a Juanito en su último viaje al Bernabéu. "Tuvimos entrenamiento por la mañana y yo no iba a ir a Madrid con Juanito, lo haría el presidente Pepe Fouto. Pero Juan quería ir conmigo al Real Madrid-Torino para comentarme un tema. A pesar de que el Mérida era su primera opción, le había llegado la propuesta de entrenar al Burgos en Primera División y quería que me fuera con él. Yo le dije que mi situación familiar era difícil porque tres semanas después nacería mi hija, pero lo comentaría en casa y supongo que aceptaría".

En la tarde del 1 de abril del 92 llegaron al pub Lancaster, cuna del madridismo. "Parecía la entrada de un torero en la plaza", recuerda Lolino. Después se marcharon al Bernabéu, "en donde Juan tenía que hablar con varias personas". Del partido recuerda poco. "El quería ver a Martín Vázquez y estaba muy descontento con el Madrid de aquella época, aunque muy ilusionado de estar en su casa. Vio a Gordillo, Valdano, Camacho... y después del encuentro cenamos algo y nos vinimos de vuelta. El siempre quería llevar el coche pero en la vuelta estaba cansado y a la altura de Talavera, paramos para repostar. Era una noche muy oscura y con lluvia, le relevé al volante y pasó lo que ya sabemos".

142 días de entrenador

En aquella maldita carretera murió el entrenador y nació el mito. Juanito había dirigido al Mérida durante 142 días. Debutó en San Mamés ante el Bilbao Athletic (1-2, el 17 de noviembre del 1991), y también triunfó en casa ante el Betis (3-2). "Pasó todo muy rápido. Yo era un chico de pueblo que había estudiado en Madrid, pero trabajar con Juanito me abrió el mundo. Era admiración por donde ibas y fueron días de aprendizaje como preparador físico y como persona. Juanito tenía una pasión enorme por el fútbol y muchísima humildad, porque todo lo hacía con una entrega que pude compartir. Desapareció la persona y apareció el mito, con el minuto 7 en Chamartín y el famoso Illa, Illa, Illa, Juanito maravilla".

El genio de Fuengirola tenía clara su filosofía de fútbol ofensivo. "La sensación era que el Mérida de Juanito apostaba por jugar y ganar y siempre quería crear fútbol. Había una dinámica muy buena y hubiéramos estado cerca de disputar los play off de ascenso a Primera".

Entre las anécdotas, Lolino recuerda que le entregó los datos del trabajo semanal que habían hecho y ese día Juanito le dijo que "faltaba algo muy importante. Me fui a casa a repasar todo y no encontré en qué me había equivocado. Por la tarde le pregunté qué era lo que faltaba y me dijo que no había puesto las veces que habían ido al baño los jugadores... Siempre tenía ese punto de humor malagueño".

Como homenaje a Juanito, pretende publicar un libro en el que se reflejan todos los datos y entrenamientos de sus 142 días como entrenador. "No le debo nada pero me encuentro con la necesidad de plasmar todo lo que hizo como entrenador y que la gente vea cómo era como técnico".