El acuerdo regulador de la utilización de las instalaciones deportivas municipales (estadio Romano y complejo Diocles) por parte del Mérida UD reúne aspectos positivos y otros menos ventajosos para el club emeritense, que, de entrada, parte en desventaja respecto al resto de rivales al tener que compartir el terreno de juego del Romano con otro club de la ciudad, el Imperio.

Sin duda, el aspecto más positivo para el Mérida tal vez sea la autorización de la explotación de los espacios publicitarios del estadio de forma estática, pues al Imperio se le obliga a utilizar un sistema de publicidad dinámico para lo que deberá emplear unas lonas publicitarias que cubran el vallado o bien utilizar uno de doble cara.

El club presidido por José Fouto también debe congratularse ante el hecho de que el ayuntamiento se encargará del mantenimiento de las instalaciones (Romano y Diocles) haciendo frente a los gastos de electricidad, agua, mantenimiento del terreno de juego, pintura, cerrajerías y limpieza del recinto.

Puntos de fricción

Sin embargo, no todo es de color rosa. El texto del acuerdo, al que tuvo acceso EL PERIODICO EXTREMADURA, contempla que los vestuarios del estadio podrán ser utilizados sólo durante la jornada en que el equipo dispute un partido. De lo que se desprende que no podrán ser utilizados los días de entrenamiento, por no reiterar la división que se hará del local junto a las taquillas.

En cuanto a la utilización del terreno de juego, el acuerdo expresa, textualmente, que "será el propio Ayuntamiento de Mérida con sus técnicos y en función de las inclemencias meteorológicas y del estado del campo, quien decida sobre su utilización". Al Mérida le preocupa este punto al interpretar que no tiene garantías de que vaya a poder jugar todos sus partidos en el Romano.

Lo único que todavía está en el aire es la subvención solicitada por el Mérida (de 42.000 euros) "supeditado su estudio al informe previo de intervención, que deberá efectuarse de cara a los próximos presupuestos", según el texto.