Por si alguien tenía algún resquicio de duda, por si entre la prensa inglesa o italiana existía escepticismo sobre el estado físico o la capacidad de Fernando Alonso tras el accidente un mes atrás en Montmeló, el asturiano habló sobre la pista como suele. Solo eran los entrenamientos libres, es verdad, pero era una prueba de fuego para el bicampeón que se medía a otro campeón, Jenson Button, con muchos más kilómetros sobre el McLaren MP4-30 y mucha mejor preparación física en el último mes. Y ¡zas!, el piloto español finalizó dos décimas por delante, como casi siempre ha hecho con sus compañeros.

"Era el primer día después de un mes de parón, de unas dos semanas sentado en el sofá. No estoy al 100%, me falta, quizá al 80%-85%", reconoció; pero "lo suficientemente en forma para disfrutar" y eso suele ser batiendo a su compañero. Esta es la única realidad en F-1, más allá de las posibilidades técnicas de cada coche y que en McLaren son francamente modestas para un equipo de este potencial. "Es, más o menos, como si se tratase de la continuación de los test de pretemporada".