En el Cacereño no se gana para sobresaltos. Esta temporada se partía con José María Rebollo en el banquillo y una plantilla aparentemente modesta. Con la llegada de Álvaro López, el equipo se reforzó con ocho futbolistas procedentes del Avilés, tres de los cuales son fijos en el once inicial desde el comienzo: Alex García, Luismi y Marcos Torres, más ahora Alberto Delgado y en el último encuentro Pablo Suárez. Se abrió expendiente a José Luis Tamargo, el director deportivo, que no ha vuelto al club. Se destituyó al cuerpo técnico y ahora se puede ir Scatolaro. Año movido.