El Atlético enfoca ya directamente, sin ningún partido entre medias y con el objetivo de la tercera posición prácticamente resuelto, al derbi de vuelta de semifinales de la Liga de Campeones frente al Madrid, rearmado en su espíritu de remontada contra la historia y las estadísticas.

«Estamos convencidos de que se puede», decía Gabi Fernández nada más acabar el partido ante el Eibar. «Nosotros creemos, la afición también», exponía a su vez el brasileño Filipe Luis. «El miércoles tenemos un partido imposible para muchos, para nosotros no. Creo que se puede. Si no fuese así, no lo diría», anunció, e insistió después, el técnico Diego Simeone.

«Creer». Es un verbo que ha estado ligado constantemente al técnico y al equipo en estos cinco años y medio, cuando la gesta parecía más difícil, cuando conquistó la Copa en 2013 en el Bernabéu, la Liga en 2013-14, cuando eliminó al Barcelona, dos veces, o al Bayern Múnich en la Liga de Campeones...

Desde que terminó el 3-0 en el choque de ida en el Bernabéu, el pasado martes, del vestuario surgió un discurso de fe y ambicioso, sin derrotismo, solo con la mirada adelante, con una reivindicación de sus opciones y de que aún queda un partido por jugar; Inamovible desde entonces, la cercanía del duelo lo reaviva de nuevo.

«Hay que arriesgar, pero no mucho, porque un gol prácticamente nos elimina», dijo Filipe Luis en una frase que conjuga los dos aspectos más esenciales del partido del miércoles para el Atlético: necesita batir al menos tres veces la portería rival, pero también mantener la suya a cero, porque una diana del Real Madrid dispararía sus obligaciones hasta los cinco tantos.

Lo primero, al menos tres goles a favor en su campo, el conjunto rojiblanco lo ha conseguido 49 veces en los 154 partidos de competición oficial en el Vicente Calderón de la era Simeone, aunque, entre ellos, sólo 31 de los marcadores serían suficientes para forzar la prórroga (14) o clasificarse (17), incluido un 4-0 al Madrid el 7 de febrero de 2015 en un encuentro de Liga.

Lo segundo, terminar el partido sin goles en contra, lo ha logrado en 90 de los encuentros en el Manzanares con el técnico argentino en el banquillo, cuatro ante el Madrid (1-0 en la Supercopa de España, 4-0 en la Liga, 2-0 en la Copa del Rey y 0-0 en la Liga de Campeones, todos en 2014-15) y quince en esta temporada.

La magnitud del rival y de la desventaja añade aún más complicaciones al reto, también un combate contra la historia de las semifinales de la Liga de Campeones. Nunca nadie ha remontado más de un gol de diferencia de la ida en el choque de vuelta en su campo y nadie levanta un marcador adverso en casa desde hace una década.

Ese es el gigantesco desafío que prepara el Atlético desde ayer, con la prevista alta para el miércoles del lateral Juanfran Torres y con la probable de José María Giménez, los dos lesionados que recuperará el técnico para el duelo en el Calderón, en el que cree en la remontada, consciente de su enorme complejidad.