El baloncesto español volvió a demostrar anoche que se encuentra en la cúspide. Por encima incluso de los profesionales de la NBA. Tras la conquista del título mundial por parte de la selección española hace escasas semanas, el Barcelona se impuso ayer a los Philadelphia 76ers del propio Allen Iverson (104-99) en un partido que tiene un significado más amplio que el de simple amistoso.

El Barcelona disputó un partido sin complejos y durante muchas fases del choque fue el propietario del encuentro. Los azulgrana tutearon desde el primer momento al equipo que actualmente entrena Maurice Cheeks y que tiene en Allen Iverson a su estrella más mediática. Sobre él se centraron todas las miradas desde un comienzo. Los estelares jugadores de la NBA se despegaron nada más comenzar el primer cuarto. Con un parcial inicial de 6-12, el Bar§a pronto quiso dejar claro que el basket europeo tiene cada día menos que envidiar a los profesionales americanos. Los locales dieron un empujón clave en el tramo final del primer cuarto y empezaron a acosar a los Sixers, que ya empezaron a sentirse incómodos.

En los segundos 12 minutos, los americanos volvieron a darun ligero tirón en el electrónico. Pero los de Dusko Ivanovic volvieron a encarrilar el partido, llegándose a colocar por delante con un triple de Basile cerca del descanso. El ecuador llegaría con tablas en el electrónico (51-51). El principal inconveniente para los locales era tener a Juan Carlos Navarro con cuatro faltas.

Lakovic, Basile o Fran Vázquez tomaron el testigo. Los dueños del partido ya no serían más el cuadro liderado por Iverson, pues los barcelonistas vieron el camino hacia la victoria. Los Sixers se mantenían en la pugna gracias a la mayor envergadura de sus jugadores interiores, que hacían mella bajo los aros. El tercer acto terminaría también con ligera ventaja local (74-73). Los últimos doce minutos fueron de auténtica fiesta con un gran Navarro, que firmó 20 puntos.