La tercera etapa de la Vuelta ha resultado muy interesante gracias a los dos puertos de montaña incluidos en los últimos kilómetros. La tradicional llegada a Málaga, junto al mar, marco de exhibición de los velocistas, se ha cambiado, buscando una mayor emoción, por una ascensión al Castillo de Gibralfaro, oportunidad para que ya aparecieran en cabeza de pelotón algunas de las figuras que luchan por la general de la ronda española.

El belga Philippe Gilbert, jefe de filas del Omega-Lotto, un buen clasicómano que este año ha ganado la Amstel Gold Race y que se mueve extraordinariamente en muros como el malagueño, se ha anotado el triunfo por delante del corredor catalán Joaquim Purito Rodríguez. Gilbert se ha colocado líder de la general. En el Tour había sido segundo de la clasificación por detrás de Alejandro Valverde. Purito ya es segundo y ha dejado claro, por el momento, que es el más fuerte en el grupo de favoritos.

Mañana se vivirá otro interesante final de etapa, puesto que el último kilómetro que conduce a la meta de Valdepeñas de Jaén incluye rampas por encima de un 20%.