ESPAÑA (20+18+24+19): Calderón (6), Navarro (23), Jiménez (8), Garbajosa (11), Gasol (14) -cinco inicial-, De la Fuente (4), Grimau (-), Felipe Reyes (7), Marco (7) y Herreros (1).

ITALIA (19+25+16+19): Basile (14), Bulleri (24), Radulovic (3), Galanda (11), Marconato (4) -cinco inicial-, Soragna (2), Mian (7), De Pol (4), Righetti (-) y Chiacig (10).

ARBITROS: Stokes (GBR) y Belosevic (SCG). Sin eliminados.

INCIDENCIAS: La victoria sitúa a España en la final del Eurobasket, que será esta noche (20.00 horas) ante Lituania, que superó ayer a Francia. En las gradas, un buen número de españoles.

El genio de Juan Carlos Navarro y la reacción de toda la selección española en una segunda parte de las que ponen a prueba a los grandes equipos colocaron a España en la tercera final continental de su historia con un apretado marcador frente a Italia que sitúa al conjunto español en los Juegos de Atenas 2004 y en el Europeo de Belgrado 2005. Además, hoy tiene a su alcance el oro ante Lituania, verdugo de Francia (20.00, La 2).

La superioridad de talento española, reconocida por los propios integrantes del equipo transalpino, cayó presa de las redes defensivas tejidas por el técnico Carlo Recalcati durante toda la primera parte y forzó a los hombres de Moncho López a disputar un choque de distancias cortas y asfixiantes hasta la bocina que certificó su éxito en el torneo sueco.

La obsesión de los italianos por frenar el juego de Pau Gasol triunfó a medias en los peores momentos del cuadro nacional, lo que de verdad alimentó a la retaguardia ´azzurri´, lo que hizo sufrir a España lo indecible en esos minutos fueron sus bajos porcentajes desde el triple.

Recalcati lanzó oleadas sobre Gasol. Giacomo Galanda en algunos momentos, Roberto Chiacig en otros, incluso Denis Marconato, aunque siempre, en función de cada situación, apoyado con medias ayudas o dos contra uno desde el exterior por la dirección bicéfala que forman Gianluca Basile y Massimo Bulleri.

Gasol hacía una buena lectura de la disposición de Italia, jugaba el uno contra uno en cuanto tenía oportunidad o, en su defecto, sacaba balones a circular por fuera.

A Italia, por el contrario, le llegaba sangre a las venas a través de Massimo Bulleri y Galanda (dieciséis y nueve puntos hasta el descanso respectivamente). Un parcial de 1-12 ensombreció el futuro español (29-40 m.18), pero el equipo de Moncho López acertó a responder con un 9-4 para meterse en el vestuario a reposar sin haberse salido del choque (38-44).

La selección había desarrollado un buen trabajo, pero sin fortuna en el tiro. Lo que debía encontrar en el vestuario era confianza, tranquilidad para mantener los nervios y a raya y esperar a que sus porcentajes, ya que estaba en semifinales como el equipo con mejores registros de lanzamiento de todo el campeonato, alcanzasen unos niveles razonables.

CONCENTRACION

España, efectivamente, supo entenderlo así. El equipo nacional regresó a la pista para continuar la tarea, sin descomponerse, concentrado, dispuesto para jugarse el pase a la final con la conciencia de que no iba a ser fácil, de que enfrente, monsergas sobre la diferencia de talento aparte, estaba Italia, una de las selecciones con más oficio del mundo.

Las granadas españolas encontraron la trinchera transalpina y al acabar el tercer cuarto la ventaja había cambiado de manos (62-60). Una de las claves básicas, la aparición ofensiva de Juan Carlos Navarro: dos puntos en el intermedio; 23 en total.

El panorama, sin embargo, continuaba siendo incierto a falta de cinco minutos, con un solo punto para España (71-69) y los azzurri , especialistas en finales apretados, delante. Pero Navarro es especial. El internacional español anotó seis puntos seguidos desde que faltaban 2,17 minutos hasta que restaban 1,37. Basile, primero a 59 segundos, y Bulleri, después, a 38, uno con un doble y otro con un triple, pusieron el triunfo de España en discusión.

En la siguiente jugada, además, convirtieron una falta de los pívot transalpinos en personal de ataque de Navarro. El último balón era para Italia, pero Bulleri falló.