A Nnadubem Gabriel Enyinaya Muoneke le llamaban Gabe en la universidad, pero él ha pedido ser presentado como Gabriel. El delegado del equipo, Alvaro Vaquero, y el médico, Marcos Maynar, han sido sus primeras personas de contacto en Cáceres. Con el primero almorzó en Asaja, uno de los sitios de reunión más habituales de los jugadores; con el médico pasó sobrado el reconocimiento, en el que estuvo presente este diario.

En las distintas pruebas que se le realizaron en la Facultad de Ciencias del Deporte, Muoneke demostró estar como un toro : 201 centímetros --algunos apuntan a que no pasa del 1,99-- y 119 kilos de puro músculo, sin secuelas de ninguna posible lesión más allá de una cicatriz en la espalda que cuenta que se hizo cuando tenía diez años. No tiene tataujes: "Soy católico, no me van". Cuando se quitó la camiseta dejó ver un físico tremendo, pero lo que más impresiona son sus pies: usa un 58.

"Con el cuerpo que tiene podría competir como boxeador. Yo por si acaso no voy a meterme con él", bromeaba Maynar, quizás sin saber que la única sombra del expediente del nuevo fichaje radica en la conflictividad que ha mostrado en la cancha en más de una ocasión. Y eso que entre sus aficiones está leer poesía. Posee el título de ingeniero petrolífero.

Quizás le haya aplacado el matrimonio. Lleva dos meses casado y dentro de dos semanas llegará su esposa.